Crisis política en Chisináu
a República de Moldavia (exsoviética, donde la mayoría de la población habla el rumano) se ha quedado sin Gobierno por tercera vez en menos de un año.
Bogdan Matei, 30.10.2015, 15:01
Como era previsible desde hace unos días, la moción de censura presentada en el Parlamento de Chisináu por la oposición de izquierda, prorrusa, ha provocado la caída del Gobierno tripartito, declarado proeuropeo. 65 diputados, de un total de 101, han votado la destitución del gabinete formado por los partidos Liberal-Demócrata, Demócrata y Liberal, y liderado por el líder reciente del primero, Valeriu Streleţ. Los promotores, los socialistas y los comunistas, sólo tienen 44, pero junto a ellos han votado también los demócratas, aunque formen parte de la coalición gubernamental.
Acusado de incompetencia y de corrupción, el primer ministro ha declarado que, con esta moción, la izquierda está intentando desestabilizar la república y desviarla de la ruta de la integración europea. Pero ni siquiera ha conseguido convencer a sus colaboradores en la coalición. Así ha salido del escenario de Chisináu el tercer Gobierno en menos de un año. Al verse a su vez afectados por la corrupción y atacados por la oposición, la prensa y la sociedad civil, los gabinetes de Iurie Leancă y Chiril Gaburici dejaron a Streleţ, que tomó su cargo el 30 de julio, un estado al borde del fracaso.
Después de ser considerada el año pasado el país con los mejores resultados en la Asociación Oriental y de haber firmado acuerdos de asociación y libre comercio con la Unión Europea, a la que espera adherirse en 2020, la República de Moldavia ha dejado de recibir asesoría financiera de Bruselas y de tener algún acuerdo con el FMI. Para los colaboradores externos, la gota que colmó el vaso fue la desaparición de mil millones de dólares del sistema bancario de la república. Acusado de implicación directa en este alucinante y todavía no aclarado negocio, el ex primer ministro liberaldemócrata Vlad Filat fue detenido. Junto a él, toda la clase política parece comprometida de manera irremediable.
En Rumanía, que había concedido al estado vecino un préstamo de 150.000.000 de euros, la larga crisis política de la República de Moldavia se ve con consternación y amargura. Inmediatamente después de la destitución del Gobierno, el presidente Klaus Iohannis ha afirmado que el recorrido europeo de la República de Moldavia tiene que continuar, y que Rumanía ofrecerá todo su apoyo a este objetivo. A su vez, el Ministerio de Exteriores de Bucarest ha destacado que la estabilidad política en la República de Moldavia es esencial en el contexto complejo que hay en el este de Europa. Según la Constitución, después de la destitución, el Gobierno de Streleţ sólo puede cumplir con cargos administrativos de los asuntos corrientes, y el plazo límite para formar un nuevo Ejecutivo es de tres meses. Si en este plazo no se vota a otro gabinete, el presidente Nicolae Timofti puede disolver el Parlamento y convocar elecciones parlamentarias anticipadas.
La coalición desunida ha anunciado ya que está preparada para negociar la formación de un nuevo gobierno. Pero ningún analista de Chisináu se ha mostrado optimista respecto a una fórmula de este tipo, después del fracaso de la cohesión y de la confianza recíproca entre los partidos implicados.