Consejos relativos a la economía de Rumanía
Los banqueros y el sector empresarial piden a los gobernantes rumanos cambiar de políticas económicas. Una nota de Bogdan Matei
Bogdan Matei, 16.06.2023, 12:41
El mandatario más longevo en el cargo, de todos los personajes clave de la Rumanía poscomunista, es el gobernador del Banco Central, Mugur Isărescu. Nacido en 1949, Isărescu es, igualmente, el jefe de banco central más longevo del mundo, ya que ocupa el puesto de gobernador desde 1990. En 1999 abandonó el cargo por un año, para asumir, en calidad de independiente, la jefatura del Gobierno de coalición de centroderecha de esa época y, un año más tarde, se postuló, sin éxito, a las elecciones a la presidencia de Rumanía, donde obtuvo tan solo el 9,54 % de los votos en la primera vuelta. Después de ello, retomó el cargo de gobernador del Banco Nacional, con el que viene identificándose desde hace más de un cuarto de siglo. No le cae necesariamente bien a todo el mundo, pero nadie pone en tela de juicio su competencia y su devoción. Durante más de tres décadas, Isărescu ha tenido numerosos interlocutores efímeros en la jefatura del Gobierno o en el Ministerio de Hacienda, así que sus declaraciones tienen un peso totalmente distinto de las afirmaciones planas y enfáticas que sueltan los políticos a principios de sus mandatos y que casi nunca cumplen.
El día de la investidura del nuevo Gobierno formado por el Partido Socialdemócrata (PSD) y el Partido Nacional Liberal (PNL), que dirige el presidente de los socialdemócratas, Marcel Ciolacu, el gobernador del banco central les pidió a los mandatarios políticos lo que llamó una manera racional de pensar. En un debate sobre las perspectivas de la economía rumana, mencionó las dos direcciones que deberían guiar cualquier estrategia de desarrollo del país: la coordinación con la economía europea y la consecución de un equilibrio entre la oferta y la demanda interna.
La agricultura, determinadas ramas de la industria o la energía verde, afirma Mugur Isărescu, deberían ser campos prioritarios y volverse más relevantes en los mercados, incluso resilientes, en un contexto de competencia acérrima en algunos casos, como es el caso del mercado alimentario. El Gobernador del Banco Nacional de Rumanía confiesa, entre otras cuestiones, estar preguntándose él mismo cómo ha llegado Rumanía a importar tantos alimentos, a pesar de tener un importante potencial agrícola.
La perspectiva del sector empresarial la presentó el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Rumanía, Mihai Daraban, que considera que un modelo económico viable debe partir de la idea de asociarse en el campo agroalimentario, que registra un déficit considerable dentro del comercio internacional del país. Polonia, señaló Mihai Daraban, cuya superficie supera en un tercio la superficie de Rumanía, tiene 90 000 agricultores. Rumanía tiene 796 000, la mayoría con superficies agrícolas pequeñas, y «es muy difícil hablar de competitividad en estas circunstancias», afirma el jefe de la Cámara de Comercio, a quien los medios de comunicación económicos llaman «el patrón de los patrones». Él también aboga por la reorganización administrativa y territorial de Rumanía, es decir, reducir el número de municipios y distritos fusionándolos, e implícitamente defiende la reducción de los gastos que genera una administración local sobredimensionada, ineficaz y terriblemente costosa.
Traducción al español: Gabriela Ristea