Avatares de una candidatura rumana a la jefatura de la Fiscalía Europea
El día en que el Parlamento Europeo ha decidido apoyar su nominación para la jefatura de la Fiscalía Europea, Laurei Codruţa Kovesi ha recibido nuevas acusaciones en Bucarest.
Ştefan Stoica, 08.03.2019, 14:56
La exjefa de la Dirección Nacional Anticorrupción, Laura Codruţa Kövesi, se ha enterado este jueves en Bucarest de que es sospechosa en un nuevo caso. También este jueves, de Bruselas ha llegado la noticia según la cual la Conferencia de Presidentes del Parlamento Europeo ha decidido apoyarla para ocupar el cargo de fiscal jefa de la futura Fiscalía Europea en las negociaciones que el Legislativo tendrá sobre este tema con el Consejo de la UE. Para Codruţa Kövesi, el hecho de haber sido llamada a la Fiscalía justamente el día en que en el Parlamento Europeo se estaban desarrollando actividades relacionadas con la elección del fiscal jefe de la Fiscalía Europea no es una cuasualidad. Laura Codruţa Kövesi:
“No creo que sea una casualidad, creo que me han citado este día a propósito, creo que hoy me han impedido hacer declaraciones y aclarar las cosas a propósito, y también creo que me llamaron a propósito en un caso y me enteré allí, sin ser citada de manera procedimental y correcta, de que estaba compareciendo en otro caso.
Sin lamentarse, la exjefa de la DNA ha declarado que desde hace dos años está siendo acosada en el espacio público, pero también por la Inspección Judicial, que la ha verificado casi 50 veces. La magistrada ha afirmado que en el procedimiento mediante el cual fue informada sobre las nuevas acusaciones, fueron violados todos sus derechos procedimentales, incluso mediante la presentación de unos documentos sin firma.
Según algunas fuentes judiciales, el segundo caso está relacionado con la creación de la Dirección Nacional Anticorrupción, de un grupo delincuente organizado, y ella estaría acusada de pertenecer a este grupo y de ser cómplice de represión injusta. Puras fabulaciones, ha afirmado Codruţa Kövesi. Ella considera que también son absurdas las acusaciones formuladas en el primer caso: abuso de poder, falso testimonio y aceptación de sobornos, caso abierto tras la denuncia del exparlamentario, Sebastian Ghiţă, quien huyó a Serbia después de haber sido acusado en Rumanía. Las investigaciones en el caso de Kövesi están siendo dirigidas por fiscales del criticado Departamento Especial de Investigación de los Magistrados, recientemente creado para intimidar a los fiscales y jueces, según han afirmado las personas que lo han criticado.
Por otro lado, el Gobierno de Bucarest ha continuado sus esfuerzos inexplicables para los colaboradores europeos de Bucarest, de dinamitar la candidatura de la exjefa de la DNA al cargo de fiscal jefa de la Fiscalía Europea. El Ejecutivo ha asumido la carta sobre Kövesi enviada por el ministro de Justicia, Tudorel Toader, al periódico Financial Times. Toader ha afirmado en la carta que la exjefa de la DNA no debería ocupar el cargo de fiscal jefa europea porque bajo su dirección la Dirección Anticorrupción habría cometido abusos y habría tenido una estrategia de investigación basada en la coerción. La Dirección Nacional Anticorrupción ha replicado acusando al ministro Toader, también en una carta enviada al periódico británico, de haber presentado documentos falsos sobre la actividad de la DNA. Nada nuevo en el frente contra Kövesi abierto por el poder de izquierda de Bucarest. La pregunta es cómo se posicionará este poder si la rumana llega a ser jefa de la Fiscalía Europea.