Apoyo de Bucarest a la República de Moldavia
Creada en una parte de los territorios rumanos orientales anexionados por la Unión Soviética en 1940, tras un ultimátum, la República de Moldavia sigue ocupando un lugar especial en la agenda de Bucarest.
Bogdan Matei, 27.06.2019, 16:30
Cuando, el 27 de agosto de 1991, después del fracaso del golpe de Estado neobolchevique en Moscú, Chisináu proclamó su independencia, Rumanía fue el primer país del mundo en reconocer en el mismo día el estatuto de su nuevo vecino. Luego, durante casi tres décadas fue, política, diplomática y financieramente, el más enérgico y coherente partidario de su soberanía e integridad, así como de sus aspiraciones de integración europea. Allí viven tres millones de hablantes del rumano, y un millón de ellos también son ciudadanos rumanos. Bucarest estaba naturalmente preocupado por el bloqueo político de este mes en Chisináu, donde dos gobiernos paralelos reclamaron su legitimidad y se acusaron mutuamente de usurpación del poder. Todos en Rumanía se felicitaron por el resultado pacífico de la crisis. El miércoles el Parlamento bicameral de Bucarest aprobó en sesión plenaria conjunta, una declaración de apoyo del nuevo Gobierno de Chisináu y un firme compromiso con el curso europeo de la vecina República de Moldavia (exsoviética con mayoría de población rumanohablante). Con 270 votos a favor, tres en contra y 16 abstenciones, los senadores y diputados reiteran el apoyo continuo de Rumanía a las aspiraciones europeas de la República de Moldavia y esperan un firme compromiso del Gobierno moldavo para continuar este curso. También piden al Gobierno rumano que siga implementando la asociación estratégica bilateral con la República de Moldavia.
El presidente del Comité de Política Exterior del Senado, Cristian Dumitrescu:
«Instamos a los partidos políticos de Chisináu en el poder o en la oposición a que colaboren de acuerdo con las reglas básicas de la democracia. Reiteramos y refuerzamos asimismo el apoyo continuo de Rumanía a las aspiraciones europeas de la República de Moldavia y esperamos un firme compromiso del Gobierno de continuar el camino europeo, mediante la aplicación de profundas reformas estructurales destinadas a fortalecer y desarrollar la construcción democrática de Chisináu y acercar a la República de Moldavia a la Unión Europea».
También el miércoles, el presidente Klaus Iohannis mantuvo conversaciones telefónicas con la primera ministra y el vice primer ministro de la República de Moldavia, los proeuropeos Maia Sandu y Andrei Nástase, así como con su homólogo socialista prorruso Igor Dodon. De hecho, la primera ministra Sandu decidió que su primera visita al extranjero fuera a Bucarest el 2 de julio, aunque previamente había anunciado que iría a Bruselas por primera vez. Los comentaristas señalan que el propio presidente Dodon superó sus prejuicios, tanto políticos como geopolíticos, y expresó su gratitud por el apoyo al desarrollo de su país, así como el deseo de continuar la asociación estratégica bilateral con Rumania, que también es el principal socio comercial de Chisináu.