Retrospectiva semanal: Un libro de historia se cierra
Bogdan Matei, 10.09.2022, 11:26
Del mismo modo que los líderes políticos del mundo entero, la clase política rumana está de luto por el fallecimiento de la reina Isabel II de Gran Bretaña, quien falleció este jueves por la noche a la edad de 96 años. Su reinado de más de siete décadas, el más largo de la historia de Inglaterra, marcó el destino de varias generaciones de súbditos y, de algún modo, el destino del planeta, desde la segunda mitad del siglo pasado hasta el momento de la defunción de la soberana. Como monarca constitucional, reinando sin gobernar, la reina trabajó con quince primeros ministros británicos, desde el legendario Winston Churchill hasta la recién investida Liz Truss. Los Estados Unidos, el socio estratégico más importante de Gran Bretaña, ha contado durante este tiempo con catorce presidentes, desde Harry Truman hasta Joe Biden. Las relaciones de Londres con Moscú durante estas décadas, siempre tensas, han estado encabezadas desde el Kremlin por toda una galería de líderes soviéticos y postsoviéticos, desde el tirano bolchevique Iósif Stalin hasta el resentido e impredecible presidente Vladímir Putin. Con la muerte de la reina Isabel II se cierra un libro de historia. Su primogénito se convierte en rey, a los 73 años, bajo el nombre de Carlos III. La prensa de Bucarest lo considera un gran amigo de Rumanía, país que ha visitado con regularidad durante las dos últimas décadas. Fascinado por las tradiciones, tanto rumanas como sajonas, del sur de Transilvania, el nuevo monarca británico ha contribuido constantemente a su conservación y popularización. Asimismo, es contribuyente al presupuesto local como propietario de casas y terrenos en Rumanía.
Un nuevo curso escolar que arrastra problemas
Casi tres millones de alumnos de primaria, secundaria y de la etapa preescolar de Rumanía han vuelto a los pupitres este lunes. El curso año escolar trae novedades, tras la decisión del ministerio competente. En lugar de los dos semestres tradicionales hasta ahora, habrá cinco módulos de aprendizaje, que se alternarán con cinco períodos de vacaciones. Las pruebas de evaluación semestral dejarán de ser obligatorias, y en lugar de medias semestrales para cada materia habrá una única media anual. La media de las notas de quinto a octavo curso dejará de tenerse en cuenta para el cálculo de la media de admisión al último ciclo de secundaria (liceu). Otro cambio lo constituye la supresión de las disposiciones relativas a la expulsión de alumnos, puesto que la enseñanza hasta el duodécimo curso es obligatoria en Rumanía. Esta medida se mantendrá únicamente para la educación postsecundaria, que es optativa. Las novedades son tan solo una parte del paquete de reformas impulsado por Sorin Cîmpeanu, ministro liberal de Educación del Gobierno formado por el Partido Social Demócrata (PSD) el Partido Nacional Liberal Liberal (PNL) y la Unión Democráctica de Húngaros de Rumanía (UDMR). Las reformas han sido cuestionadas duramente por parte de integrantes del sector, desde académicos hasta profesores de las provincias, y desde rectores universitarios hasta asociaciones de estudiantes. Las peticiones de dimisión han reunido, con relativa rapidez, decenas de miles de firmas. El nerviosismo y la frustración en el sector son evidentes, tal y como muestra la última encuesta de World Vision. Dos de cada tres profesores rumanos advierten que el plan de estudios sigue siendo demasiado exhaustivo. A su vez, el abandono escolar continúa siendo un problema sin resolver este año. Debido a la pobreza, el 35 % de los adolescentes no tienen suficientes materiales ni libros para la escuela. Uno de cada diez padres retira del colegio al menos a un hijo, de forma temporal o permanente, para poder afrontar los gastos. La mitad de los docentes dicen estar desanimados por la falta de participación de los padres en la educación de sus hijos. El 65 % señala que se necesitan más fondos para laboratorios escolares y espacios dedicados a actividades deportivas.
Turbulencias en Blue Air
El Gobierno rumano ha destinado cinco millones de leus (el equivalente a cerca de un millón de euros) del Fondo de Reserva para cubrir los gastos de repatriación de los rumanos bloqueados en el extranjero tras la decisión de la compañía aérea privada local Blue Air de suspender sus vuelos. El dinero deberá recuperarse en su totalidad del operador, tal y como subrayó el primer ministro Nicolae Ciucă. Casi 3000 personas han recurrido a los servicios consulares, mientras que el Ministerio de Transportes ha movilizado a la empresa estatal TAROM para que los afectados puedan volver a casa. Blue Air ha decidido suspender hasta el lunes 12 de septiembre todos los vuelos previstos desde los aeropuertos rumanos, debido al bloqueo de sus cuentas por parte de la Administración del Fondo de Medioambiente, a la que debe más de 28 millones de leus. Según datos facilitados por la propia compañía Blue Air, la suspensión de vuelos ha supuesto la cancelación de 400 vuelos, para los más de 54 000 pasajeros contaban con un billete. La Autoridad Nacional de Protección al Consumidor sancionó a la compañía hace dos meses ya que esta habría cancelado numerosos vuelos desde principios de año, decisión que afectó a decenas de miles de pasajeros.
Moción con un final esperado
Tal y como anticiparon los comentaristas, el pleno de la Cámara de Diputados rumano ha rechazado la primera moción simple del nuevo período de sesiones parlamentarias, propuesta por la Unión Salvar Rumanía (USR, en la oposición) contra el ministro liberal de Energía, Virgil Popescu. El líder de la USR, Cătălin Drula, ha afirmado que el sistema de limitaciones y bonificaciones para los precios de la electricidad y el gas natural ha endeudado a empresas críticas de la economía rumana, ha puesto en peligro decenas de miles de empleos y ha debilitado la seguridad energética de Rumanía, en un contexto internacional de extrema dificultad. Drula añade que «Popescu lleva tres años sin gastar mucha energía en el Ministerio de Energía». El ministro ha rechazado todas las acusaciones y ha calificado de populista la iniciativa de la USR. Este sostiene que el nuevo mecanismo de cálculo de las facturas de energía desincentivará la especulación en el campo.
Conversaciones de alto nivel entre Rumanía y Hungría
La presidenta de Hungría, Katalin Novák, quien realizó el miércoles una visita oficial a Bucarest, aseguró que su país también apoya la adhesión de la vecina Rumanía al Espacio Schengen, un objetivo prioritario en la agenda de Bucarest. «Somos países vecinos y queremos reducir las tensiones existentes, no amplificarlas», afirma la jefa de Estado húngara. Reconoció que Rumanía y Hungría no siempre estarán de acuerdo, pero lo más importante es poder hablar y escucharse mutuamente. Por su parte, el presidente Klaus Iohannis expresó la plena disposición de las autoridades rumanas a cooperar con el Estado vecino. Este hizo hincapié en que, en Rumanía, se respetan los derechos de todas las minorías nacionales y en que estas están representadas en el Parlamento. La minoría húngara de Rumanía, concentrada en el centro y el oeste del país, cuenta con unos 1,2 millones de personas, las cuales representan el 6 % de la población del país. Su principal formación política, la UDMR, ha formado parte, desde 1996 hasta la actualidad, de numerosos gobiernos de coalición en Rumanía, tanto de derecha como de izquierda.
Versión en español: Víctor Peña Irles.