Acontecimientos internacionales del 2013
2013 ha sido el año en que la humanidad, agotada por la crisis financiera mundial, se ha centrado en la solución de los conflictos en los países árabes ...
Valentin Țigău, 28.12.2013, 11:10
2013 ha sido el año en que la humanidad, agotada por la crisis financiera mundial, se ha centrado en la solución de los conflictos en los países árabes y en la consolidación de la unidad en la diversidad en el ámbito de las grandes organizaciones continentales. Ha sido el año en que las elecciones han confirmado el valor de algunos líderes, pero también el año en que hemos visto la desaparición dolorosa de otros líderes mundiales.
En 2013, la UE ha incrementado el número de sus miembros a 28, tras la incorporación de Croacia, la antigua república yugoslava, sometida a los criterios más estrictos de adhesión durante un periodo de 10 años de trámites. La continuación de la ampliación ha contradicho las críticas y las inquietudes euroescépticas, mostrándose esencial para la continuación de las transformaciones en la Europa Central y Oriental. El calendario europeo incluye, entre otros candidatos a largo plazo, a Ucrania, Moldavia y Georgia, países que esperan firmar los Acuerdos de Asociación y Libre Cambio con Bruselas. Este proceso promete ser difícil, sobre todo para Ucrania, la antigua república soviética que desde el pasado noviembre afronta largas y masivas protestas populares, generadas por la falta de decisión manifestada por los líderes políticos de Kiev, que oscilan entre Oriente y Occidente y parecen optar más bien por la afiliación a Moscú. Una futura Europa unida, con Moldavia y Ucrania ya incorporadas, podría solucionar incluso el problema de la región separatista de Transnistria, donde las negociaciones moldo-ruso-ucranianas sobre su estatuto jurídico se han estancado en 2013.
Más amplios y más violentos que los conflictos congelados de Europa, las zonas de guerra en África y Asia han requerido, en 2013, mucha fuerza diplomática para llegar a una solución pacífica. Tras haber estallado, hace 3 años, la guerra civil en Siria, el presidente Bashar al Assad se ha convertido en uno de los protagonistas negativos de la Primavera Árabe. A su régimen le imputaron el pasado agosto, el ataque químico lanzado cerca de Damasco, saldado con cientos de muertos. Un acuerdo ruso-estadounidense sobre la eliminación del arsenal químico sirio antes del mediados de 2014 ha evitado en el último momento la amenaza de un ataque por parte de EE.UU. El conflicto armado entre la oposición y el Gobierno de Damasco ha provocado, según indican los datos de la ONU, la muerte de más de 100.000 sirios. En Egipto, el ejército ha derrocado del poder, tan solo un año tras su instalación, al islamista Mohammad Morsi, el primer presidente egipcio elegido de manera democrática. Este país ha afrontado una ola de represiones sangrientas saldadas con cientos de muertos y una nueva Constitución podría consolidar el papel político del ejército. Algunos procesos similares para elaborar una Ley Fundamental democrática han tenido lugar en Túnez y Yemen, países árabes donde el separatismo, el terrorismo de Al-Qaedda y la lucha por la autonomía se habían manifestado plenamente. En noviembre de 2013, la diplomacia internacional ha registrado un éxito importante, al determinar a Irán a firmar con las grandes potencias, un acuerdo histórico sobre la limitación de su programa nuclear, a cambio de la suspensión de las sanciones económicas aplicadas a este país.
Volvemos al tema de la crisis económica mundial. Importada desde EE.UU. hace seis años, ha tenido consecuencias devastadoras para muchas economías europeas. Grecia ha sido uno de los países más afectados y su salida de la zona euro ha generado mucha inquietud. Tras unos préstamos externos masivos, así como un duro programa de austeridad, este año concluye con la recuperación gradual de los griegos entre los países emergentes, sobre el trasfondo de la salida de la crisis de otros miembros de la Unión Europea. El país vecino de los griegos, Chipre, también ha estado este año al borde de la bancarrota, dado que no podía pagar sus deudas. Esta isla mediterránea se ha convertido en el primer país en imponer regulaciones sobre el control del capital destinadas a prevenir la entrada en bancarrota y a recibir un paquete de apoyo financiero externo que asciende a 10.000 millones de euros. No podemos cerrar este capítulo sin mencionar el compromiso presupuestario adoptado el pasado octubre por el Congreso Estadounidense que puso fin a un bloqueo de 16 días en este estado federal, y también a los temores que se manifestaban en los mercados financieros mundiales, que funcionan según el principio de los vasos comunicantes.
Los acontecimientos son fruto de las energías humanas que regulan las sociedades encabezadas por los líderes. 2013 ha sido el año del nacimiento, el relanzamiento, pero también la desaparición de algunos líderes mundiales importantes. El más potente hombre del planeta, Barack Obama, asumió el pasado 20 de enero, un nuevo mandato de presidente de EE.UU., que le garantiza 4 años más a la cabeza de la Casa Blanca. En Europa, los alemanes han vuelto a elegir a la conservadora Ángela Merkel en el cargo de canciller, confirmando la estabilidad política del más potente estado europeo. A partir de 2013, nuevos presidentes tienen Irán, donde Hassan Rohaní ha marcado la vuelta en el poder de los reformistas, también Venezuela y Egipto, y nuevos monarcas han sido coronados en Países Bajos y Bélgica. Lamentablemente, este año hemos dicho ¡adiós! a Margaret Thatcher, “la dama de hierro” del Reino Unido y también a Nelson Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica. También ha sido un año de cambios para Vaticano, donde Benedicto XVI anunció su retirada de la Santa Sede, que ahora es ocupada por un argentino, el Papa Francisco. Su brillante personalidad ha hecho que la publicación Time le elija “La Persona del Año.” En un mundo cada vez más apartado de la religión, esta revista estadounidense apunta que el nuevo Papa ha cambiado la percepción de la iglesia, captando la imaginación de millones de personas que habían perdido cualquier esperanza en cuanto a la iglesia.
(Traducción por S. Sarbescu)