Una regulación controvertida
La ministra rumana de Justicia, Raluca Prună, mantendrá su intención de eliminar las regulaciones que prevén reducir la pena de prisión para los presos que hayan publicado trabajos científicos, a pesar de haber rechazado la iniciativa el Consejo Superior
Bogdan Matei, 29.01.2016, 16:08
En los terribles años 50, en las prisiones rumanas se había creado una generación de oro de poetas, según destaca la crítica literaria. Los presos políticos anticomunistas, entre ellos poetas como Radu Gyr, Nichifor Crainic y Andrei Ciurunga, transpusieron a la poesía el drama de cientos de miles de rumanos enviados a la cárcel por haberse opuesto a la ocupación soviética y a los obedientes representantes locales del partido comunista y la policía política, la Securitate. En la tragicómica época actual, en las prisiones rumanas se ha desarrollado una potente generación de escritores.
La falsa élite política, mediática, deportiva o empresarial que ha sido condenada por haber robado al país, ha descubierto en la cárcel su talento de ensayista, memorialista, historiador o analista financiero. Personas sin educación y que hace poco centraban la atención de la prensa con su habla inculta, hoy han llegado a ser autores consagrados y su nombre figura en cientos de libros que ellos pretenden haber escrito en la cárcel. El objetivo de este frenesí cultural es puramente pragmático.
Según la legislación actual, se puede reducir en un mes el periodo de detención por cada trabajo científico, lo que es considerado un método de reeducación a través del trabajo. Cabe destacar el elocuente ejemplo ofrecido este jueves por la Comisión de Ética de la Universidad de Bucarest, que se encarga de la evaluación de las obras elaboradas en prisión, y que ha establecido que el trabajo firmado por el empresario George Copos es un plagio.
Exactivista comunista, ex vice primer ministro postcomunista, exdueño del popular club de fútbol Rapid de Bucarest, Copos ya está en libertad después de haber sido condenado por graves delitos financieros. Bajo la presión de la opinión pública y la comunidad académica escandalizada, la ministra de Justicia en el Gobierno tecnócrata de Bucarest, Raluca Prună, ha decidido elaborar un proyecto de ordenanza de urgencia destinada a eliminar la posibilidad de reducir la pena de cárcel para los presos que escriben libros en prisión. Raluca Prună:
Hay una discriminación entre el trabajo físico, donde recibimos un día libre por cada 4 días laborales, y los 30 días libres que se otorgan por un montón de papeles considerados trabajo científico.
Desde la prudencia, el Consejo Superior de la Magistratura ha manifestado su desacuerdo frente a esta iniciativa. Según los miembros del CSM, se requiere un aviso de carácter consultativo, con el fin de endurecer las condiciones de puesta en libertad, a través de la aplicación de criterios objetivos, justos y transparentes al establecer el carácter científico de estos libros y del proceso de su elaboración. El juez Adrian Bordea, miembro del CSM :
La eliminación de esta regulación incluso podría hacer más daño. La eliminación no es la mejor solución.
Sin embargo, la ministra Prună cree que esta modificación legislativa en régimen de urgencia es obligatoria, dado que la impostura intelectual en la cárcel ha adquirido dimensiones importantes: a finales del año pasado, se registraban 45 trabajos escritos en prisión y este año, en enero, su número había superado los 100 libros.
(Traducido por s.sarbescu )