Una nueva sesión parlamentaria
A partir de este lunes, el Parlamento vuelve a ser el epicentro del ámbito político rumano.
Bogdan Matei, 02.02.2015, 15:20
En noviembre, la clase política y la opinión pública se vieron dominadas por las elecciones presidenciales ganadas por el antiguo líder liberal Klaus Iohannis. En diciembre, el socialdemócrata Victor Ponta recibió un nuevo voto de investidura como jefe del Gobierno formado por el Partido Social Demócrata, la Unión Nacional para el Progreso de Rumanía, el Partido Conservador y la disidencia liberal representada por el Partido Liberal Reformador, que sustituyó a la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía. Al comenzar la nueva sesión parlamentaria, los senadores y los diputados vuelven a estar en el candelero.
Las prioridades de la mayoría parlamentaria dominada por los socialdemócratas son una nueva agenda laboral del legislativo y un mejor diálogo con el poder ejecutivo. El primer ministro ha prometido presentar en el pleno, al principio de cada semana, los objetivos del Gobierno. Tanto el poder de izquierda, como la oposición, denominada genéricamente liberal, una vez puestos en marcha los procedimientos de fusión de los nacional-liberales y los demócrata-liberales en un nuevo Partido Nacional Liberal, prometen levantar la inmunidad parlamentaria de los responsables implicados en casos de corrupción.
El diputado Tinel Gheorghe ha declarado que los liberales insistirán en el hecho de que pierdan el mandato los responsables locales que cambiaron en otoño de partido aprovechando una ordenanza del Gobierno que el Tribunal Constitucional invalidó posteriormente. Asimismo, el Partido Social Demócrara y el Partido Nacional Liberal tienen otro objectivo común: modificar la legislación electoral y, posiblemente, en el caso del Parlamento, volver al voto por listas en vez de usar el voto uninominal, que fue un verdadero fracaso. Existen diferencias de opinión respecto a la elección de los alcaldes.
En este caso, los socialdemócratas desean que se organice una sola vuelta, mientras que los liberales abogan por dos. Casi todos los analistas políticos consideran muy ambicioso el objetivo de los liberales, que desean cambiar en esta sesión parlamentaria la mayoría del Senado y de la Cámara de los Diputados, para poder derribar el gabinete de Ponta a través de una moción de censura. Los responsables incluirán en la agenda legislativa algunas enmiendas constitucionales, un nuevo código fiscal y la ley de insolvencia para las personas físcas.
Será una sesión difícil y afectada por la impopularidad del Parlamento de Bucarest, considerado ineficiente y costoso, sobre todo porque, después de las elecciones legislativas de 2012, el número de parlamentarios aumentó a 588, aunque se ha reducido entre tanto debido a las investigaciones anticorrupción. Lo ha admitido incluso el presidente de la Cámara de los Diputados, el socialdemócrata Valeriu Zgonea, quien ha advetido que la imagen de la institución se ha visto afectada, y sus miembros son percibidos como “ladrones”, “corruptos” y “candongos”. Zgonea ha añadido que esto es injusto y desalentador para numerosos parlamentarios que trabajan seriamente y entienden su papel en el Legislativo.