Un segundo ex-torturador comunista en el banquillo de los acusados
La Fiscalía del Alto Tribunal de Casación y Justicia ha decidido enjuiciar Ion Ficior, ex comandante del penitenciario de Periprava, en el sudeste de Rumanía, bajo la acusación de genocidio.
Ştefan Stoica, 25.10.2013, 17:07
La Fiscalía del Alto Tribunal de Casación y Justicia ha decidido enjuiciar Ion Ficior, ex comandante del penitenciario de Periprava, en el sudeste de Rumanía, bajo la acusación de genocidio. Es el segundo torturador comunista influyente acusado de genocidio, en base a las pruebas suministradas por el Instituto de Investigación de los Crímenes del Comunismo y la memoria del exilio rumano.
Con una sorprendente agilidad para su edad, Ion Ficior trataba el pasado jueves de huir de la insistencia de los reporteros agrupados ante la sede del Alto Tribunal de Casación y Justicia, en el día en que la Fiscalía de esta institución decidía iniciar un proceso penal bajo la acusación de genocidio. La edad biológica y los crímenes cometidos no representan ninguna carga para el octogenario Ion Ficior, y tanto menos una de índole moral. Hay pruebas que confirman los horrores cometidos por él en calidad de comandante del penitenciario en régimen de trabajos forzados.
De estas resulta que entre 1958 y 1963, cuando dirigió la colonia de Periprava, Ficior instauró y dirigió un régimen de detención represivo, abusivo, inhumano y arbitrario del cual cayeron víctimas 103 presos políticos. El régimen impuesto por Ion Ficior perseguía, en opinión de los fiscales, liquidar físicamente a los presos políticos a través de métodos directos o indirectos: condiciones de detención miserables e inhumanas, malos tratos, falta de alimentación adecuada y de atención médica, frío, hambre y castigos corporales atroces.
Los testimonios de casi 20 de los supervivientes de Periprava integran el caso de Ion Ficior. Este es solo uno de los cientos de torturadores que fueron utilizados por el régimen comunista instaurado después de 1945, en la amplia operación de liquidación de las élites profesionales e intelectuales de Rumanía, ha declarado Octav Bjoza, presidente de la Asociación de los ex Presos Políticos y Supervivientes de Periprava.
“Para nosotros ya es tarde. La mayoría de nosotros perdonamos a los verdugos. Los comunistas habían encarcelado en Periprava a las élites del país, tanto desde el punto de vista moral como profesional, precisamente para eliminarlas. Muchos de nosotros perdieron la vida allí porque hubo cientos de tipos como Vișinescu o Ficior en este país.”
Alexandru Vișinescu, ex comandante del penitenciario Râmnicu Sărat, donde estuvieron encarceladas en su juventud figuras políticas ejemplares, ocupa un lugar principal en la lista de los torturadores acusados de genocidio por el Alto Tribunal de Casación y Justicia. Esto fue posible gracias al trabajo de investigación prestado por el Instituto de Investigación de los Crímenes del Comunismo y a la memoria del Exilio Rumano, en cuya lista de la infamia figuran en total 35 empleados del antiguo departamento comunista de penitenciarios.
El Instituto de Investigación de los Crímenes del Comunismo y la Memoria del Exilio Rumano es una de las escasas instituciones de Rumanía que, después de la condena simbólica del comunismo, actuaron concretamente para comprobar la actividad criminal del mismo. A pesar de ser consideradas tardías, el desenmascaramiento de los torturadores comunistas y su condena pueden desempeñar un papel normativo e instructivo para las generaciones jóvenes.