Un nuevo atentado en Ankara
Al igual que toda la comunidad internacional, también Rumanía condena firmemente el atentado perpetrado el pasado domingo en la capital turca de Ankara que ya ha arrojado un trágico saldo de decenas de muertos y heridos.
Bogdan Matei, 14.03.2016, 12:20
Bucarest tiene vínculos muy sólidos con Ankara. Las une siglos de historia común, los intercambios comeriales intensos de los últimos años, su asociación bilateral estratégica y no en último lugar ser miembros aliados dentro de la OTAN. Todo esto hace que los rumanos sean sensibles ante las tragedias ocurridas del otro lado del mar Negro.
El ministerio rumano de Exteriores ha condendado rápida y firmemente el ataque terrorista cometido el pasado domingo en la capital turca y saldado con decenas de muertos y heridos. La diplomacia de Bucarest transmite condolencias a las familias de las vícitmas y a todas las personas afectadas por este trágico suceso. No hay justificación alguna, destaca el ministerio de Exteriores, para perpetrar actos que ponen en peligro la vida de inocentes y recuerda que Rumanía sigue estando compromentida con la lucha contra cualquier forma de terrorismo a la vez que reitera la necesidad de intensificar los esfuerzos internacionales para combatir este flagelo.
Las consternación es general en las cancillerias de todo el mundo y los más importantes líderes del planeta han expresado su compasión por las víctimas y su decisión de luchar contra el terrorismo. Este ataque ha sido atribuido por las autoridades a los militantes secesionistas kurdos. Un atentado similar perpetrado el pasado 17 de febrero , fue reivindicado por Los Halcones de la Libertad, agrupación que se separó el antiguo Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), una guerrilla activa desde los años 80. Las hostilidades entre Ankara y el PKK se reanudaron tras una tregua de dos años y medio y hasta ahora han dejado un rastro de numerosos muertos de los dos lados.
Sin embargo, hasta ahora, comentan los analistas, el PKK se ha centrado en objetivos militares y ha evitado los objetivos civiles. Además del conflicto de decenios con los militantes kurdos, el país se ha convertido en el blanco de los terroristas del llamado Estado Islámico que han cometido al menos cuatro atentados en Ankara y en la metrópoli Estambul. Turquía forma parte de la coalición internacional contra el Estado Islámico y alberga en su territorio aviones de guerra estadounidenses que están bombardeando posiciones de los yihadistas de Siria e Irak.
Desde hace un cuarto de siglo, el Estado y el pueblo turco son blanco de los terroristas que defienden convicciones ideológicas y religiosas muy variadas. Étnicos armenios, árabes o kurdos, ultranacionalistas turcos, militantes de extrema izquierda o islamistas, los asesinos han dejado numerosas víctimas. El pasado 10 de octubre, también en Ankara, 103 personas han resultados muertas y más de 500 heridas en el más sangriento atentado cometido alguna vez en Turquía que fue atribuido al Estado Islámico.
Los ataques, ha afirmado el presidente RegepTayyip Erdogan, no alteran la decisión de Turquía de seguir luchando contra el terrorismo. El alto dignatario turco cree que su país, que nunca reunciará a su derecho de defenderse, se ha convertido en un blanco a causa de la inestabilidad regional de los últimos años. El presidente turco defiende que las organizaciones terroristas se dirigen contra la polbación civil porque han sido derrotados en la lucha contra la fuerzas de seguridad.