Tras la cumbre de la OTAN de Varsovia
La cumbre de la OTAN de Varsovia ha sido un éxito para Rumanía, según ha afirmado el presidente Klaus Iohannis.
Bogdan Matei, 11.07.2016, 16:00
Los analistas han destacado que, simbólicamente, Occidente ha registrado ya una victoria desde el momento en que decidió organizar una cumbre de la OTAN en Polonia, el lugar en que, en plena Guerra Fría, la antigua Unión Soviética había obligado a sus satélites a convertirse formalmente en sus aliados en el marco del denominado Tratado de Varsovia. De Estonia a Bulgaria, los Estados excomunistas del este y el centro del continente forman parte hoy del mundo libre, como miembros de la Unión Europea y de la Alianza Noratlántica, pero ha quedado intacta su preocupación por la recuperación de la agresividad y el apetito territorial de Moscú. Los 28 Estados miembros de la OTAN están unidos ante Rusia, que no es necesariamente una amenaza, pero tampoco un colaborador, según ha destacado en Varsovia el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. El mandatario ha añadido que los principios en los que se basan las relaciones de los aliados con Moscú son complementarios: la fuerte defensa y el diálogo constructivo. Como parte del sistema defensivo, se ha decidido desplegar cuatro batallones multinacionales en los Estados bálticos y en Polonia, y convertir una brigada rumana en una estructura multinacional de la OTAN. Los aliados han decidido también transferir el control y la coordinación del escudo antimisiles de Deveselu desde Estados Unidos hacia la OTAN.
Después de la cumbre, el presidente Klaus Iohannis ha afirmado que Rumanía está consolidando así su posición como Estado miembro de la OTAN y como región que contribuye al mantenimiento de la seguridad y la estabilidad en una zona marcada de numerosos riesgos. El jefe del Estado rumano ha abogado por un apoyo sostenido de la Alianza a las antiguas repúblicas soviéticas que aspiran a la integración europea e incluso euroatlántica: Moldavia (donde la mayoría de la población habla el rumano), Ucrania y Georgia. También ha advertido que, en la frontera sur de la OTAN, las crisis de Siria, Irak y Libia han generado múltiples retos y que el grupo terrorista ISIS es una seria amenaza contra la seguridad internacional. Por lo demás, la OTAN y la Unión Europea han acordado por primera vez colaborar en algunos sectores como: la migración, las amenazas híbridas y la seguridad cibernética. La denominada Declaración de Varsovia, adoptada por los participantes en la cumbre, incluye también referencias a la seguridad aérea y naval en la zona del mar Negro, sobre las que se podrían tomar decisiones importantes en la reunión de octubre de los ministros de Defensa de los Estados miembros. Éstas podrían corregir lo que la prensa de Bucarest ha llamado el fracaso que habría registrado el presidente Iohannis después de que su propuesta de crear una flota de la OTAN en el mar Negro no fuera recibida con entusiasmo en Bulgaria y tampoco fuera asumida por los aliados de Occidente. Sin embargo, la idea en sí sigue estando vigente, según han afirmado los analistas, quienes han destacado que la península ucraniana de Crimea, anexionada por los rusos hace dos años, está a tan sólo cientos de kilómetros de Rumanía, Bulgaria o Turquía.