Terrorismo internacional y las cárceles de la CIA
Las cárceles secretas de la CIA vuelven a centrar la atención de los debates políticos.
Bogdan Matei, 11.10.2013, 17:24
irina
Cuando el caso parecía definitivamente cerrado, el Parlamento Europeo exigió a Rumanía y a otros 12 estados miembros de la UE que vuelvan a abrir el expediente de los centros de detención secretos gestionados por la CIA en su territorio. En una resolución votada en el pleno del legislativo comunitario, los europarlamentarios solicitan que sean oídos también los ministros que tuvieron acceso a informaciones sobre este tema.
Los firmantes de la resolución se declaran descontentos con el “silencio” que han mantenido las autoridades de Bucarest sobre esta cuestión y les acusan de actuar con la intención de encubrir la actividad en Rumanía de la Agencia Central de Inteligencia de los EE. UU. De hecho, oficialmente Bucarest no ha mantenido el silencio. Representantes de los sucesivos gobiernos, al igual que los presidentes de turno, Ion Iliescu o Traian Băsescu, han negado constantemente la existencia en el territorio rumano de cárceles secretas en que agentes estadounidenses habrían investigado bajo tortura a sospechosos de terrorismo. A la misma conclusión ha llegado una comisión parlamentaria destinada a investigar este caso.
A su vez, el actual primer ministro, Victor Ponta, ha declarado que no sabe de qué cárceles se trata. Y el ministro de Exteriores, Titus Corlățean asegura que Bucarest va a examinar con atención la resolución adoptada por el Parlamento Europeo. Ha destacado también que la resolución es, de hecho, un documento político y no tiene contenido jurídico vinculante. Corlățean ha recordado que Rumanía ha emprendido ya una investigación sumamente detallada y transparente.
Numerosas audiencias y la comprobación de muchos documentos se han saldado con la misma conclusión: no se puede demostrar la existencia de las así llamadas cárceles secretas.
Hay analistas que afirman que Rumanía es un blanco falso y que estas sospechas se deben a la decisión de Bucarest de sumarse a la coalición internacional antiterrorista inmediatamente después del 11 de septiembre de 2001. Ahora, al no tener pruebas, es la palabra de todos los altos cargos rumanos contra las afirmaciones de un presunto terrorista. Considerado uno de los líderes de la red de Al-Qaeda, el sirio Muhammad al-Nashiri defiende que ha sido torturado en una cárcel secreta de la CIA en el territorio de Rumanía. Los hechos imputados a las autoridades rumanas datan del año 2003 y el programa CIA habría concluido tres años más tarde, afirma un informe publicado a comienzos del año corriente por la organización no gubernamental estadounidense Open Society Justice. Según este informe, Rumanía representó solo un alto hecho por la CIA en su camino hacia el lugar de destino, que era la cárcel de alta seguridad de Guantánamo.
Los debates continuarán porque, aparte del tema de las cárceles secretas, es natural que las democracias se hagan preguntas sobre cuáles deben ser los límites de sus actuaciones y medios antiterroristas y si conviene defender la libertad haciendo uso de los mismos métodos que usan sus adversarios.
(trad. Irina Calin)