Temporada de exámenes escolares
Este lunes los graduados de octavo curso han hecho el primer examen de la Evaluación Nacional, el de lengua rumana. Ştefan Stoica amplía la información.
Ştefan Stoica, 19.06.2023, 13:05
La educación rumana vuelve a un estado de relativa normalidad, tras el comienzo de la temporada de exámenes nacionales. 2023 ha sido un año movido, con una huelga general de los profesores y del personal no docente, que paralizó la educación durante tres semanas, pero que, a pesar de ello, acabó a tiempo para no poner en peligro la evaluación nacional de los alumnos de octavo curso y el bachillerato de los graduados de instituto.
Tras negociaciones intensas con el Gobierno y protestas multitudinarias, sin precedentes en las dos últimas décadas, los empleados de la educación recibieron subidas salariales consistentes y el compromiso de que la futura ley de retribuciones, relativa al sector público, reconociera la importancia de su trabajo. Finalmente suspendieron la huelga general, pero no sin advertir de que el incumplimiento de los compromisos asumidos por el Gobierno tendrá consecuencias serias, sociales y políticas, en el contexto en que el 2024 será el año de todas las elecciones posibles –europarlamentarias, locales, parlamentarias y presidenciales–.
Por otro lado, la educación rumana cuenta ahora con nuevos pilares legislativos, después de haberse adoptado, este mismo año, las leyes de la educación. Hay dos documentos normativos relativos a la enseñanza preuniversitaria y a la universitaria, documentos cuyos iniciadores afirman que reforman el sistema y lo acercan a las exigencias actuales. La ley de educación preuniversitaria persigue, ante todo, reducir el abandono escolar, contrarrestar el analfabetismo funcional y aumentar las inversiones en la educación, mientras que la ley referente a la educación superior tiene, entre sus objetivos, apoyar la cooperación europea de las universidades de Rumanía.
Estas leyes se adoptaron en plena protesta sindical, lo que le dio a la oposición la oportunidad de denunciar la falta de soluciones a los graves problemas del sistema y declarar el fracaso del proyecto del presidente del país, «Rumanía educada», que inspiró los nuevos documentos normativos.
Una vez solucionado el problema de la huelga y satisfechas las reivindicaciones de índole salarial, el sistema de educación salió del estado febril que hacía que los exámenes corrieran el peligro de no celebrarse, por lo que estos han podido comenzar. El lunes, más de 160 000 graduados de octavo curso han abierto la temporada de exámenes con la primera prueba, la prueba escrita de lengua y literatura rumanas, de la Evaluación Nacional.
Para el miércoles está programada la prueba escrita de Matemáticas y, el jueves, los alumnos de las minorías nacionales se examinarán en lengua y literatura maternas. La nota media de ingreso para el acceso de los alumnos al noveno curso (el primero de los cuatro cursos de instituto) será la media general que estos obtengan en la Evaluación Nacional, que se calculará como la media aritmética de las calificaciones obtenidas en ambas pruebas de la Evaluación Nacional.
Es el primer año en el que las calificaciones recibidas durante los cursos se dejan de considerar, ya que se toman en cuenta únicamente las de las pruebas. Este año, a causa de la huelga, el período de inscripción para hacer los exámenes de la Evaluación Nacional y del Bachillerato se amplió hasta el 16 de junio. El período de ingreso en el instituto terminará el 19 de julio, cuando los alumnos conozcan el nombre del instituto en el que han ingresado. Los exámenes de bachillerato comenzarán el lunes, 26 de junio, y su primera prueba también será la de rumano.
Traducción al español: Gabriela Ristea