Situación dramática en los hospitales de Rumanía
Mientras que en otros países las unidades de cuidados intensivos están casi vacías, Rumanía se ve afectada por una crisis de salud sin precedentes.
Ştefan Stoica, 20.10.2021, 11:11
Rumanía corre el riesgo de convertirse en un caso de estudio: desde el comienzo recibió cantidades suficientes de vacuna anti-COVID-19, pero una buena parte de ellas no se ha usado, ha caducado o se ha vendido o cedido, y el país se encuentra ahora en una situación dramática debido a la gran cantidad de contagios. Hay registros negativos en todos los capítulos: muertes, infecciones diarias y pacientes en estado grave. El ministro interino de Sanidad, Cseke Attila, ha señalado que la presión sobre el sistema de salud es enorme y que el país aún no ha alcanzado el pico de la cuarta ola de la epidemia.
Cseke Attila:
“Con semejante grado de vacunación, nosotros, aunque en algún momento pase esta cuarta ola, todavía no hemos llegado a la cima de la ola. Ha habido todo tipo de discusiones y pronósticos. Desafortunadamente las infecciones ni siquiera se han estancado. Todavía hay un aumento en el número de contagios, lo que significa que todavía no podemos esperar ese estancamiento en algunos días o semanas, para que luego registremos una disminución. La presión es enorme sobre el sistema de salud, que obviamente tiene ciertos límites.”
No hay plazas en los hospitales para las personas con formas graves de la enfermedad y el personal médico se ve obligado a improvisar.
La directora del Instituto «Marius Nasta» de Bucarest, la doctora Beatrice Mahler:
«Es una situación muy difícil, con pacientes en estado extremadamente grave, con pacientes alojados en el pasillo porque simplemente ya no tenemos espacio en ninguna habitación que hemos puesto a disposición del pabellón. Muchos pacientes que acuden al hospital con formas graves vienen de casa con saturaciones extremadamente bajas.”
Los preparativos para la cuarta ola de la epidemia han sido deficitarios y la campaña de vacunación anti-COVID-19 se ha movido con demasiada lentitud, según ha señalado el presidente Klaus Iohannis, quien ha sido blanco de críticas por falta de reacción y pasividad, en un momento que requería total y rápida participación.
Klaus Iohannis:
”Es una época de sufrimiento, un drama nacional de proporciones terribles. No tenemos más remedio que superarlo. La prioridad cero en este momento es salvar a la gente, proteger la salud de los vulnerables y de los enfermos, a los que la asistencia sanitaria puede ayudar a superar esta enfermedad.”
La vacunación es la única solución para detener la pandemia, ha vuelto a afirmar el presidente, agregando que también es necesario que el Parlamento adopte urgentemente disposiciones sobre el certificado verde u otras medidas para reducir la movilidad a corto plazo y la interacción humana. En el contexto del alarmante aumento de las infecciones, rumanos que probablemente hasta ahora han dudado se dirigen a los centros de inmunización, y su ritmo ha mejorado. Pero no es suficiente. La campaña de vacunación sigue siendo un fracaso y los expertos dicen que si en lugar de la relajación cuasi total del verano, las autoridades hubieran eliminado gradualmente las restricciones en función del ritmo de la inmunización, Rumanía habría evitado la gran crisis sanitaria que está atravesando.