Rumanía y la transición a la energía verde
Estos días se habla en Bucarest sobre el desarrollo de la energía del futuro, energía segura, asequible y, sobre todo, limpia.
Daniela Budu, 24.07.2024, 11:19
«Sólo con seguridad energética, energía asequible para la economía y la población y competitividad económica podremos dar el paso decisivo hacia el siguiente objetivo esencial: obtener energía limpia y verde». El primer ministro Marcel Ciolacu hizo esta declaración en el marco de la reunión de la Asociación para la Cooperación Transatlántica en materia de Energía y Clima, celebrada en Bucarest, a la que asistieron representantes de los sectores público y privado de toda Europa y Estados Unidos. «Nuestros sistemas energéticos deben ser capaces de suministrar energía en todo momento y en condiciones de tensión interna o externa a todos los consumidores, en todas partes», afirmó el primer ministro.
Según el alto cargo, es necesaria la diversificación de las fuentes de energía y de los medios de producción, y en el contexto de la guerra en la vecina Ucrania y de la proximidad del invierno, es necesario actuar de inmediato para apoyar a la República de Moldavia, a Ucrania y a todos los países de la región con vulnerabilidades. Por ello, Rumanía está mejorando sus capacidades de interconexión con todos los países vecinos, con Bulgaria y Grecia, pero también con Turquía, Azerbaiyán y Georgia. Según él, Bucarest está invirtiendo en nuevas capacidades para obtener energía de fuentes renovables y pretende duplicar la capacidad nuclear.
El objetivo, según Marcel Ciolacu, es modernizar el sector energético para hacerlo más resistente a los choques regionales o mundiales. El primer ministro también se ha referido al proyecto de exploración de gas Neptun Deep en el mar Negro, que duplicará la capacidad de producción de gas de Rumanía y convertirá al país en el mayor productor de gas de la UE a partir de 2027. Destacó el apoyo prestado a Rumanía por Estados Unidos en proyectos energéticos estratégicos en el ámbito nuclear, refiriéndose a la construcción de los reactores 3 y 4 de la central de Cernavodă, en el sudeste del país.
En el foro celebrado en Bucarest también se firmó una asociación entre Nuclearelectrica y dos empresas estadounidenses, un proyecto para transformar una antigua central de carbón en una moderna central nuclear-eléctrica que producirá cero emisiones de dióxido de carbono.
«Rumanía está muy comprometida en llevar a cabo la transición verde de forma pragmática y factible, un ejemplo para la región y el mundo, y eso significa utilizar el gas a corto y medio plazo, pero también la energía nuclear», ha declarado el ministro de Energía, Sebastian Burduja. Las minas de carbón y las centrales térmicas de Rumanía seguirán funcionando al menos un año y medio más, según el ministro, porque el país sigue necesitando centrales térmicas convencionales, que han demostrado su utilidad, sobre todo en el contexto de la reciente ola de calor.
Los debates de estos días en Bucarest se centran en el futuro de la energía en el mundo, y también en el desarrollo de la energía del futuro, una energía segura, asequible y sobre todo limpia, en la implantación de nuevas fuentes de producción de energía, ya sea térmica o eléctrica, y en la cooperación entre los países europeos y Estados Unidos.
Versión en español: Monica Tarău