Rumanía, de la relajación a la vacunación
En Rumanía ha comenzado la inmunización de los niños con edades comprendidas entre los 12 y los 15 años.
Ştefan Stoica, 02.06.2021, 14:51
Los padres de los niños de 12 años y más les pueden ofrecer el mejor regalo posible en estos tiempos: una vacuna anti-COVID-19. A partir de este miércoles, 2 de junio, el suero de Pfizer puede ser administrado en Rumanía a este grupo de edad. La plataforma de programación ha sido optimizada y permite la programación de los niños a través de la cuenta de los padres. El esquema de vacunación y las modalidades de programación son iguales a los de la población adulta, pero en el caso de los niños es obligatorio el consentimiento de los padres o del tutor legal.
Los estudios efectuados indican un perfil de seguridad y una tolerancia muy buena, y la efectividad ha sido máxima. En el grupo de los niños vacunados no se han registrado casos de COVID-19 en comparación con el grupo de los niños no vacunados. Por otra parte, el ritmo de la vacunación ha disminuido frente al período en el que se superaban 100.000 personas inmunizadas diariamente.
El hecho de que el deseo de vacunarse haya disminuido representa un verdadero motivo de preocupación, según considera la ministra de Sanidad Ioana Mihăilă. ”De alguna forma era de esperar porque existe un porcentaje, una parte de la población que deseaba vacunarse y se ha vacunado y otra que necesita un impulso para vacunarse. Creo que hemos llegado a aquella parte de la población que necesita un impulso o acceso fácil a la vacuna”, según ha precisado la ministra de Sanidad en una cadena privada de televisión. La ministra ha precisado que el acceso a la vacuna ya no es un problema, excepto en las zonas rurales aisladas donde ni siquiera el médico de cabecera ha comenzado la vacunación.
En el resto del país el acceso a la vacuna es fácil, pero probablemente la gente necesita tiempo para tomar una decisión, según opina la ministra Ioana Mihăilă quien también ha declarado que las autoridades debaten la modalidad de trasladar una parte de los recursos de la Sanidad del ámbito urbano al rural para que también allí aumente la tasa de vacunación. Médica de profesión, Ioana Mihăilă aboga por la vacunación y está convencida de que no existen efectos a largo plazo del suero tal como temen algunos. En cambio, son incontestables los efectos de salud a medio y corto plazo asociados a la COVID-19.
El apetito por la inmunización se ha reducido, las maratones de la vacunación ya no generan entusiasmo y el objetivo que se habían propuesto las autoridades, 5 millones de vacunados antes del 1 de junio, no ha sido alcanzado. Por otra parte, el ritmo de las infecciones se mantiene muy reducido.
A partir del martes, 1 de junio, Rumanía entró en una nueva etapa de relajación de las restricciones. Se pueden reanudar las fiestas privadas, las competiciones deportivas se pueden desarrollar con espectadores también en espacios cerrados, han reabierto las discotecas, las zonas de juego y las piscinas en el interior. El número de participantes es limitado, pero puede aumentar si todos están vacunados. Asimismo, las actividades culturales se pueden organizar en espacios abiertos con 1.000 personas como máximo. Por fin, la mascarilla de protección puede ser eliminada en el lugar de trabajo, en espacios cerrados, donde desarrollan la actividad 5 personas como máximo, vacunadas con ambas dosis.