Restricciones y vacaciones
Mientras que en nuestro país el número de localidades puestas en cuarentena está aumentando a causa del nuevo coronavirus, la costa del mar Negro se llena de gente.
Roxana Vasile, 27.07.2020, 14:08
En el contexto del incremento diario de casos de personas infectadas por la COVID-19, en Rumanía, cada vez más localidades entran en cuarentena durante 14 días. Este es el caso de Făget, una pequeña ciudad con tan solo 6.700 habitantes en el oeste del país, y de tres aldeas que pertenecen a ella. Las autoridades locales solicitaron que se tomara esta medida, dado que en esta zona se han registrado decenas de enfermos, y otros aproximadamente 100 habitantes han entrado en contacto directo con ellos. Entre las personas infectadas por el nuevo coronavirus están también empleados del hospital de esta localidad, personal médico y personal de apoyo.
En las entradas y en las salidas de Făget y de las tres aldeas adyacentes, los policías piden los documentos necesarios para circular en esta zona. Esto se puede efectuar sólo por razones justificadas, como desarrollo de la actividad profesional, transporte de mercancías, actividades agrícolas, urgencias médicas o trabajo social. El alcalde Marcel Avram:
“Esperamos que la gente no entre en pánico. Sólo se podrá salir de la localidad por algunas razones, pero dentro de la localidad, por supuesto, las personas pueden ir a trabajar, pueden ir de compras. En las instituciones, en las tiendas, la gente debe entrar con mascarilla. Ahora espero que sean aún más conscientes del peligro y tengan más cuidado.”
Las autoridades también monitorean atentamente para poner en cuarentena varias localidades situadas en la provincia de Argeș, en el sur de Rumanía, que ocupan el cuarto lugar respecto al número total de casos. Mientras tanto, alentadas por el buen tiempo, más de 100.000 personas han llenado estos últimos días los centros turísticos situados en la costa rumana del mar Negro. Esto para consternación de las autoridades, quienes opinan que su decisión es un gran obstáculo en la lucha contra la crisis sanitaria. Pero los estados de emergencia y de alerta, con duras restricciones que dominaron toda la primavera, la costumbre de pasar las vacaciones en las montañas o en la playa, así como las restricciones de viaje impuestas por algunos Estados europeos en el caso de los rumanos han hecho que éstos decidan pasar las vacaciones en su país, sobre todo en la costa. Desde muy temprano por la mañana, la gente intenta encontrar sitio en la playa. Se quedan muy cerca uno del otro en la playa o en el agua. Algunos de ellos no creen que el virus existe. Otros dicen que intentan respetar los consejos de las autoridades. Estas les recomiendan que encuentren lugares menos abarrotados y, si es necesario, que lleven mascarilla incluso en el exterior. Se han efectuado numerosos controles para verificar las medidas tomadas para prevenir y limitar el contagio por COVID-19 y se han aplicado multas a los agentes económicos en los centros turísticos.
Versión española: Monica Tarău