Relajación después de la vacunación
Las autoridades rumanas han afirmado que la relajación gradual de las restricciones impuestas a causa de la epidemia de COVID-19 depende de la vacunación masiva.
Bogdan Matei, 23.04.2021, 12:31
Instituida en mayo de 2020, después de dos meses de estado de alarma, en Rumanía, el estado de alerta ha sido prorrogado cada mes, y nadie prevé su final. La epidemia de COVID-19 ha conllevado una dura radiografía de los problemas que tienen décadas de antigüedad, no ha perdonado a nadie y ha afectado a toda la economía y a toda la sociedad rumana. Además, hay restricciones impuestas en el intento de limitar la propagación del virus, como el uso de mascarilla, el distanciamiento físico y la limitación de la libertad de circular y de reunirse. Las autoridades siguen repitiendo que la vuelta a la normalidad, posiblemente a partir del 1 de junio, no se podrá realizar sin vacunarse. El primer ministro Florin Cîţu ha afirmado que esta fecha es una referencia importante en la lucha contra la pandemia, que depende de la inmunización de al menos un tercio de la población. Florin Cîţu:
“El 1 de junio no significa que volvamos completamente a la normalidad, pero significa un primer paso, un paso importante. He dicho que entonces podemos hacer esto si tenemos casi un 35% de la población vacunada. Depende de nosotros. Al igual que anteriormente, también ahora el hecho de volver a la normalidad depende de nosotros. Sé que lo digo muchísimas veces, pero sólo depende de nosotros. Una campaña de vacunación exitosa también trae la normalidad a Rumanía.”
El jefe de Gobierno ha afirmado también que se renunciará a la obligación de usar mascarilla sólo cuando 10 millones de personas estén vacunadas, es decir la mitad del total de la población. Un estudio realizado por una de las compañías más importantes del ámbito de los servicios médicos, MedLife, estima que la tasa de vacunación hasta finales de 2021 sería de entre un 27% y un 31% del total de la población, es decir sólo 5 millones de personas. Sólo entre un 10 y un 13% de la población tendría la intención firme de vacunarse próximamente, y sólo un tercio considera que la vacunación es eficiente. La situación es mejor en las ciudades, donde se estima que aproximadamente un 33-38% del total de los mayores de 16 años se vacunarán hasta finales de año. En cambio, en el entorno rural, la tasa de vacunación estimada hasta diciembre es de entre un 19 y un 23% del total. Los hombres, las personas mayores de 50 años y aquellas que han desarrollado formas medias y graves de enfermedad están más abiertos a la idea de vacunarse. Asimismo, cuanto más alto es el nivel de educación, mayor es la disponibilidad de los encuestados para vacunarse. El miedo a los efectos adversos causados por la vacuna, a largo plazo o inmediatos, la falta de confianza en las autoridades y en el sistema sanitario son las razones principales del rechazo. Por ello, según se menciona en el estudio realizado por la compañía MedLife, es necesario que se impliquen algunos polos de confianza en la sociedad, como la Iglesia, el Ejército o las organizaciones cívicas, para que se reduzca el miedo a la vacuna.
Versión española: Monica Tarău