Recuerdos de la Radio
Para un programa de 10 minutos, me quedaba hasta las 9.00 de la noche para que el editor encargado de la censura escuchara el contenido. Liliana Ursu, realizadora de programas culturales
Christine Leșcu, 01.11.2014, 16:20
Durante los 86 años de su existencia, la radio pública ha contado con numerosos periodistas y personalidades de la cultura rumana en la época de entreguerras y el periodo anterior a las guerras. Una de estas personalidades es Liliana Ursu, poeta, traductora, becaria Fulbright, profesora asociada en Pennsylvania State University y University of Louisville (Kentucky) en 2000 y ´´poet in residence´´ en el Stadler Center for Poetry en 2003. Durante más de 30 años, fue realizadora de programas culturales en Radio Rumanía donde vino tras haber trabajado durante cinco años en la televisión. Liliana Ursu.
A mí, la radio me tocó tras haber trabajado en la Televisión Rumana, así que me resultó muy fácil el trabajo, después de la experiencia acumulada en la tele. La radio fue como un alivio y además, me daba la oportunidad de expresarme y de poder trabajar mejor. Estaba yo sola con el micrófono y el magnetófono de casette. De hecho, primero tuve un magnetófono de cinta abierta. En el estudio trabajaba con los técnicos. Era fantástico, como si estuviera volando. El ambiente muy interesante, la gente muy honesta y además, había menos superficialidad que en la tele. La única cosa que me daba miedo eran aquellos magnetófonos que pesaban de unos 8 o 10 kilos y teníamos que llevarlos colgados al hombro. No fue nada fácil, pero la tecnología ha avanzado, luego tuvimos los casettes y todos estos equipos modernos de hoy: ahora llevas el móvil como grabadora en el bolso , ya no es un problema .
En la radio, después de una colaboración con la sección de teatro donde hacía dramatizaciones de las obras de Shakespeare, Liliana Ursu se incorporó a la redacción de literatura, donde el trabajo era más adecuado a su afición a la poesía, pero en cambio tenía que enfrentarse a la censura.
«Para un programa de 10 minutos, me quedaba hasta las 9.00 de la noche para que el editor encargado de la censura escuchara el contenido. Controlaban todo, estaban prohibidas palabras como ”cruz”, ”Dios”, o cualquier tipo de crítica contra el régimen. Por ejemplo, hice una película documental sobre los monasterios de Moldavia, pero no pude decir la palabra monasterio. El título fue ”Monumentos de Estéban”. En la radio, tuvimos una reunión y nos entregaron una lista de palabras prohibidas, palabras que no podías utilizar. En esta lista también figuraba la palabra ”soledad”. Era muy difícil. Muchas veces lloraba y regresaba a casa muy triste porque, tras haber trabajado tanto en un programa , nos lo cortaban a la mitad. Me daba mucha pena, porque un texto mío era como si fuese un poema. De cierta manera, mi vida en la radio era mi poema narrativo ”.
Tras la Revolución, los jefes encargados de la censura tuvieron que marcharse y empezó un periodo efervescente de recuperación de las voces y de los temas culturales que estaban prohibidos. Liliana Ursu empezó a realizar los programas ”Revista Literaria Radio”, ”Meridianos de la poesía” y ”Escritores al micrófono”. Contaba con el apoyo de la emisora, y también con los oyentes. Liliana Ursu:
”Las relaciones en el trabajo eran excelentes. No puedes hacer nada sin trabajar con el equipo. Ambos deben cooperar y cumplir con sus deberes, el editor y el técnico, para que salga bien el programa. Siempre hemos tenido oyentes fieles. Nos llamaban o enviaban cartas a la radio. Nos pedían redifusiones de los programas, nos felicitaban, teníamos un feedback. En algunas ocasiones los oyentes nos recomendaban a varios colaboradores o invitados. La radio se escuchaba mucho.”
Ahora jubilada de Radio Rumanía, la poeta Liliana Ursu recuerda con nostalgia los días que vivió en la emisora.
”Amo la radio para siempre, mientras esté aquí o no. La radio me acompaña siempre y soy su fiel oyente. Es la alegría que Dios me ha dado: la de comunicar, a través del texto escrito y como locutora al micrófono.”