Reacciones tras la muerte de la Reina Ana
Los rumanos lamentan la muerte de la Reina Ana, la esposa de soberano más longeva de la historia de Rumanía.
România Internațional, 02.08.2016, 14:47
El 1 de agosto de 2016 permanecerá un día triste en la tormentosa historia del pueblo rumano y también de la Casa Real de Rumanía. Ana, esposa del Rey Miguel I, falleció en un hospital de Suiza. Hija del príncipe Renato de Borbón-Parma y de la princesa Margarita de Dinamarca, la Reina Ana nació el 18 de septiembre de 1923 en París. Pasó su infancia en Francia. A partir de 1939, tras el comienzo de la guerra, acompañó a su familia a España y Estados Unidos, donde cursó estudios de arte y, al mismo tiempo, para poder ganarse la vida, trabajó como vendedora. En 1943 se alistó como voluntaria en el ejército francés. Estuvo con el regimiento en Argelia, Marruecos, Italia, Luxemburgo y Alemania, y fue condecorada con la Cruz de Guerra de Francia. La Reina Ana conoció a Miguel I en Londres, en noviembre de 1947, en la boda de la Reina Isabel II. Si en 1948 la sociedad rumana no hubiera vivido la tragedia de la sovietización, su matrimonio con el soberano rumano habría tenido lugar en Bucarest y toda la nación lo habría celebrado con alegría. Pero la abdicación forzada del Rey y su exilio posterior hicieron que la boda se celebrara en Grecia. De los casi 70 años de matrimonio, pasaron más de 40 lejos del país, en el Reino Unido y Suiza. La familia real volvió a Rumanía tras la Revolución anticomunista, pero no sin turbulencias. El historiador Adrian Niculescu ha ofrecido más información:
“La Reina Ana tuvo el papel de la esposa de un Rey en el exilio, de compartir su destino, en primer lugar, de crear una familia. Tuvo un papel institucional, pero su mayor cometido fue el de apoyar moralmente al Rey Miguel.”
“La Reina Ana representó la sabiduría, la dignidad y fue un modelo de conducta”, ha afirmado el presidente Klaus Iohannis en un mensaje de condolencias. Y el primer ministro Dacian Cioloş ha afirmado que tras el fallecimiento de la Reina “queda un símbolo de nobleza, discreción y dignidad.”
También han enviado mensajes de pésame el Patriarca Daniel de la Iglesia Ortodoxa Rumana, los líderes de la clase política y de la vida pública. A sus casi 100 años, el presidente de honor del Partido Nacional Liberal, Mircea Ionescu Quintus, está profundamente marcado por la la muerte de la Reina, a la que conoció personalmente:
“Hablé con ella. Me di cuenta de que, sin haberse coronado en nuestro país, llegó a ser Reina no sólo por su nacimiento monárquico, diría yo, sino por el comportamiento de una verdadera Reina y sigo guardando muy bien este recuerdo. Estoy muy triste por haber vivido esto, por ella y sobre todo por nuestro Rey, que ahora se quedará solo.”
El líder de los senadores de los socialdemócratas, Mihai Fifor, lamenta también la muerte de la Reina Ana:
“Ha fallecido la cuarta Reina de Rumanía, Su Majestad Ana. Es un personaje que ha dejado atrás una nota de luz y sólo podemos estar doloridos y con el alma al lado de Su Majestad el Rey Miguel y de toda la Casa Real.”
Cumpliendo el deseo del Rey Miguel, los funerales de su esposa tendrán lugar en el sur de Rumanía, en el monasterio de Curtea de Argeş, necrópolis de los monarcas del país.