Reacciones ante las elecciones presidenciales en Francia
Emmanuel Macron, el candidato de centro, y Marine Le Pen, que encabeza la extrema derecha, se enfrentarán el próximo 7 de mayo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas. El favorito indiscutible es Macron.
Ştefan Stoica, 24.04.2017, 14:25
Emmanuel Macron, el candidato del movimiento de centro En Marche! (¡En Marcha!), encabeza los resultados de la primera vuelta en las elecciones presidenciales en Francia, al haber obtenido casi el 24% de los votos. En la segunda vuelta, que tendrá lugar el próximo 7 de mayo, el centrista Macron se enfrentará a la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, que ha obtenido el 22% de los votos. Para la UE, que espera con impaciencia el resultado crucial de las elecciones francesas, la mala noticia es que haya llegado a esta segunda vuelta la representante de la extrema derecha, la antieuropea y, según ella misma ha declarado, «la candidata del pueblo», Le Pen. La buena noticia es que la derecha y la izquierda tradicional apoyarán a Macron en la vuelta final. Tanto el candidato de derecha, el ex primer ministro, durante la época de Sarkozy, Francois Fillon, como el de izquierda, Benoit Hamon, han anunciado que apoyarán a Emmanuel Macron. Además, el principal sindicato francés ha abogado a favor de Macron para la vuelta del próximo 7 de mayo.
“Quiero ser el presidente de los patriotas y luchar contra la amenaza representada por los nacionalistas”, declaraba el joven político francés en vísperas de la primera vuelta.
«En solo un año, hemos cambiado la cara de la política francesa», ha dicho Macron, y ha prometido ser la voz de la esperanza para Francia y Europa. Las grandes publicaciones europeas apuestan por el líder de la organización cívica ¡En Marcha! (liberal y social), creada hace un año, que podría convertirse en el presidente más joven de toda la historia de Francia. Con solo 39 años, Emmanuel Macron prácticamente ha sido la gran sorpresa de la política del Hexágono. En el periodo 2014 – 2016, fue ministro de Economía en el gobierno de Hollande, pero sin ninguna afiliación política, y hasta ahora nunca ha sido candidato en las elecciones. Cuando era ministro de Economía, provocó mucha insatisfacción entre los socialistas tras haber tomado algunas medidas consideradas más bien de derecha, y favorables al mercado económico. El año pasado presentó su dimisión para inscribirse en la carrera presidencial como representante de su propio movimiento político de centro, una entidad situada al borde entre un partido político y un movimiento cívico. Macron no es un político antisistema, pero podría ser un ganador de fuera del sistema. Si a esto sumamos los fracasos vergonzosos de la derecha y la izquierda tradicional, podemos hablar de un cambio de paradigma en la política francesa. Sin embargo, estas elecciones aportan dos novedades, ambas dolorosas para el actual sistema político: por primera vez en los últimos 60 años, el presidente en funciones, el socialista Francois Hollande, no compite por un nuevo mandato, y además los representantes de la derecha conservadora y la izquierda socialista no han llegado a la segunda vuelta. Francia permanecerá, incluso después del 7 de mayo, como un pilar de la construcción europea, pero seguro que habrá un cambio fundamental en su política interior.
(Traducido por Simona Sarbescu)