Protestas contra la fracturación hidráulica
En la localidad de Pungești, en el este de Rumanía, se desarrolló el domingo la primera protesta contra los gases de esquisto autorizada por la Gendarmería y el Ayuntamiento. Las disputas en la zona se prolongan desde hace ya unos meses.
Corina Cristea, 20.01.2014, 14:37
Casi 250 personas participaron el domingo en la localidad de Pungești en la manifestación contra la explotación de los gases de esquisto. Es la primera manifestación autorizada que se organiza este año. Los manifestantes, ciudadanos de la zona y ecologistas, luchan contra la compañía estadounidense Chevron, contra los responsables y contra la presencia de la gendarmería en aquella zona. Las disputas se prolongan desde hace ya unos meses y, en el mes de diciembre, parte de los manifestantes iniciaron una huelga de hambre.
El motivo es la forma de explotación, es decir, la fracturación hidráulica. Es una técnica controvertida, empleada para la explotación de los yacimientos de hidrocarburos que se encuentran en la roca de esquisto y supone inyectar una importante cantidad de agua, arena y compuestos químicos a presión para fragmentar las rocas y extraer el gas natural que contienen. Los manifestantes afirman que el procedimiento supone emplear una impresionante cantidad de agua, 35.000 metros cúbicos únicamente para iniciarlo.
Además, afirman que el aire y el manto freático corren riesgo de contaminación y una zona inmensa, con su flora y fauna, se vería comprometida. Los protestatarios afirman que esta forma de explotación afectaría a varios terrenos agrícolas, produciría terremotos y deslizamiento de terrenos. No por último, afectaría a la salud, dado que el fluido empleado contendría sustancias químicas extremadamente tóxicas. Hay también argumentos a favor del gas de esquisto, relacionados con la independencia energética que el Gobierno considera como prioridad estratégica.
El conflicto empezó a principios de octubre, cuando la compañía Chevron obtuvo autorización para construir la primera sonda de explotación de los gases de esquisto de Rumanía. Los manifestantes derribaron ulteriormente el muro que rodeaba la plataforma de la compañía Chevron. Por lo tanto, se ha tomado la decisión de construir una “zona especial de seguridad”. Se ha aumentado el número de gendarmes y se ha restringido el tráfico en una carretera entre las localidades de Siliștea y Pungești, donde la compañía Chevron tiene 20.000 metros cuadrados para explotar los gases de esquisto. Han empezado las investigaciones contra 37 manifestantes acusados de haber participado a principios de diciembre en el derribo del muro.
Ahora las protestas han sido pacíficas, los manifestantes afirman que no renunciarán a las protestas y han decidido crear una organización no gubernamental para solucionar en los tribunales una serie de asuntos relacionados con la explotación de los gases de esquisto.