Protestas anunciadas en el sistema de sanidad
Discusiones entre los representantes del Ministerio de Sanidad de Rumanía y los sindicalistas de este sector sobre el tema de los salarios.
Roxana Vasile, 13.03.2018, 13:32
Durante los 30 años transcurridos desde la revolución anticomunista en Rumanía, el estatuto del sistema de sanidad sigue siendo el de una cenicienta para la cual ninguno de los titulares de este sector ha logrado hallar el paquete salvador de reformas que confiera más valor a la calidad del acto médico y determine a los empleados del sistema a quedarse a trabajar en el país. En la ausencia de semejante reforma y en el contexto de una subfinanciación crónica del sector sanitario, Rumanía se ha enfrentado últimamente con un éxodo masivo de médicos y enfermeras que se han ido al extranjero en busca de puestos mejor retribuidos. Hasta la fecha, las alzas salariales insignificantes no les han convencido para cambiar de opinión. Sin embargo, la situación empieza a cambiar y los ingresos netos de los empleados del sistema sanitario a subir de manera sustancial en comparación con otras categorías de empleados de Rumanía. Incluso así, los sindicalistas se han declarado descontentos con sus salarios y los sobresueldos y este lunes, han amenazado con protestas que podrían culminar con una huelga general. La actual titular del Ministerio de Sanidad ha declarado que no existen motivos para la huelga y ha dado el ejemplo de un médico jefe cuyo salario ha aumentado del equivalente de 1700 euros a más de 2700 euros y compite con el sueldo de cualquier médico de un país de Europa occidental. Escuchemos a Sorina Pintea:
“Un médico jefe de una clínica de medicina interna que se beneficia de un sobresueldo del 15%, ganaba en el mes de diciembre de 2017, 7650 lei y este mes de marzo ha ganado 12.481 lei. Estos salarios no son bajos. Mientras no haya bajadas de ingresos no creo que haya motivos para una huelga general. Es más, sería una hipocresía organizar una huelga general. Creo que podemos hallar soluciones a todos los problemas.”
Los sobresueldos que han sido limitados al 30% del salario, un umbral que los sindicalistas califican de «horrible», representan una de las fuentes de descontento de los sindicalistas. El presidente de la Federación sindical Sanitas, Leonard Barascu, ha pasado revista a todas las quejas:
“Del aumento salarial deben beneficiarse todos los empleados del sistema de sanidad y de asistencia social: la eliminación del umbral del 30% que nos bloquea la posibilidad de conceder a nuestros colegas lo que está previsto en el reglamento de los sobresueldos y que tratamos de negociar; luego, una reintegración de los salarios que debido a la transferencia del pago de las aportaciones sociales del empleador al empleado, han salido perdiendo.”
Más allá de estas discusiones, la reforma en el sector sanitario continúa, ya que Rumanía recibirá subvenciones europeas por un valor de 650.000 euros para cambiar la ley de Sanidad, una gestión respaldada por la Organización Mundial de Salud.