Perspectivas políticas
En el poder, o en la Oposición, de izquierda o de derecha, los partidos políticos rumanos tienen, este año, la oportunidad de realizar algunas decantaciones políticas internas
Bogdan Matei, 05.01.2015, 17:48
Las apuestas políticas tienen en la Rumanía del año 2015 poca envergadura. Tras las elecciones locales y legislativas del año 2012 y las europarlamentarias y presidenciales del año 2014, en 2015 se organizarán solamente elecciones parciales. Estarán en juego mandatos de senadores y diputados que han quedado vacíos a raíz de renuncias, decesos, o penas de cárcel en casos de corrupción.
Diezmada por los fiscales que han detenido a un número masivo de alcaldes de municipios y presidentes de consejos departamentales, la administración local renovará también sus filas en los meses que siguen, de manera que el escenario político será dominado de decantaciones, aclaraciones, traslados y arreglos de cuentas en el seno de los partidos.
El PSD, el mayor partido, y desde hace dos años el primer violón de los gobiernos de Bucarest, afronta también los mayores problemas. Desconcertante para los social demócratas, dado que no había sido anticipada por ningún sondeo, la derrota del pasado mes de noviembre del primer ministro Victor Ponta en las elecciones presidenciales, todavía no ha sido digerida por el activo de partido. Hace 14 años desde cuando la Izquierda ha dejado de ganar las presidenciales, cuando Ion Iliescu se adjudicó su último mandato y es de esperar que el PSD se libre también ahora del candidato perdedor, igual que en el caso de Adrian Nastase en 2004, y Mircea Geoana en 2009.
Según sus propias declaraciones, Ponta no parece estar decidido a presentar candidatura al congreso extraordinario del próximo mes de marzo en calidad de propio sucesor a la cabeza del partido. Tampoco el PC, uno de los socios juniores del PSD en el poder, ha empezado el año bajo auspicios favorables, tras estallar en público las discordias entre el presidente en ejercicio del PC, y titular de Agricultura, Daniel Constantin y el fundador de esta formación, el mogul Dan Voiculescu, encarcerado por 10 años por actos de cohecho.La prensa especula que la ruptura entre el maestro y su aprendiz podría provocar una falla también en el interior del partido, entre aquellos que los periodistas denominan los nostálgicos de la marca Voiculescu y los lúcidos que apuestan por el lobo joven, Daniel Constantin.
Tampoco la derecha, que está en Oposición, sabe todavía gestionar el desenlace, por ella feliz, del escrutinio presidencial, ganado por el ex líder liberal, Klaus Johannis. Este ha sido ya acusado, entre bastidores, de haber impuesto en su lugar, a la cabeza del PNL a su favorita, la joven y sin experiencia, Alina Gorghiu, en detrimento del viejo combatiente, Ludovic Orban. Además, los liberales tienen que gestionar en 2015, la fusión, entre un gran partido de derecha, afiliado al PPE, con los liberal-demócratas, con los cuales, a lo largo de 25 años de democracia post comunista, han mantenido más bien relaciones de rivalidad feroz que de colaboración fraternal.
Finalmente, 2015 debería ser el año de la consolidación, o todo lo contrario, de la invalidación política de dos formaciones nuevas. El Partido Liberal Reformador, en la co gobernación, encabezado por el ex primer ministro, Calin Popescu Tariceanu, y el Partido Movimiento Popular, en la Oposición, que sueña con ser liderado por el antiguo jefe del estado, Traian Basescu, podrán hacer constar si sus lìderes siguen valorando algo desde el punto de vista político.