Nuevos casos de corrupción investigados por la Justicia
En Rumanía continúa la lucha contra la corrupción, a pesar de las voces que invocan el número demasiado alto de personas muy conocidas que están investigadas, así como la excesiva mediatización por la prensa.
Bogdan Matei, 06.03.2015, 16:15
Entre los grandes corruptos hay algunos que inspiran compasión y que provocan lamentos, más o menos sinceros. Estado policial, república de fiscales, juicios espectaculares, justicia en televisión, son los temas dominantes de los discursos que piden abordar con calma la lucha contra la corrupción. Sin embargo, estas voces no son tan numerosas, porque tanto la prensa como el público no ocultan su satisfacción ante este progreso de la justicia, después de casi 25 años de robos y actos de corrupción cometidos en la Rumanía postcomunista.
Hombres y mujeres que hace poco representaban las élites políticas, mediáticas, financieras o artísticas de nuestro país, ahora salen con las manos esposadas de sus residencias de lujo y antes de subir al coche de la policía, declaran que son víctimas inocentes de la venganza o en el mejor de los casos, de la confusión. Un caso muy conocido es el de la exministra de Desarrollo y Turismo, Elena Udrea, la persona más influyente de los partidarios del presidente Traian Băsescu (de la derecha popular), y protagonista de muchos asuntos controvertidos durante los 10 años de mandato del presidente.
Desde hace algunas semanas, Udrea hace declaraciones absurdas y controvertidas sobre un supuesto complot político-policial organizado contra ella. Insensible, el Alto Tribunal de Casación y Justicia ha rechazado este jueves el recurso formulado contra la detención preventiva de Udrea en un caso de cohecho y abuso de poderes. Enemigo declarado del presidente, el primer ministro socialdemócrata Victor Ponta ha visto, cada dos días, como sus familiares están investigados por los fiscales.
Este jueves incluso la madre del primer ministro, Cornelia Naum, compareció como testigo ante la DNA en Ploieşti (sur), en un caso en el que su yerno, Iulian Herţanu, está en prisión preventiva por delitos de crimen organizado, malversación de fondos europeos y evasión fiscal. En el mismo caso también había declarado ante los fiscales la mujer de Herţanu, hermana del primer ministro Ponta. También en Ploieşti y también del PSD, el alcalde Iulian Bădescu está en prisión preventiva por cohecho y abuso de poderes. En 2013, habría pedido 300.000 euros, de los cuales habría recibido solo 100.000, para aprobar una financiación ilegal destinada al conocido equipo de fútbol local, el Petrolul.
Estrella de televisión y fundador de un partido populista que ha entrado en el Parlamento, Dan Diaconescu recibe una condena definitiva de 5 años y 6 meses de prisión en régimen cerrado por chantaje ejercido incluso en su alucinante canal de televisión. El médico y exsenador del PSD, Şerban Brădişteanu, recibe una pena de 1 año de cárcel en régimen abierto por favorecer a un delincuente en el caso del exprimer ministro socialdemócrata Adrian Năstase. Jefe de la clínica de Cirujía Cardiovascular en un conocido hospital de Bucarest, Brădişteanu tergiversó, invocando falsos problemas de salud, la detención de Năstase, que a su vez había recibido una condena definitiva por corrupción.
(Versión española por Simona Sarbescu )