Moción de censura en Bucarest
El Gobierno de izquierda de Bucarest se enfrentó el miércoles a una moción de censura.
Bogdan Matei, 27.06.2018, 13:18
Instalado el
pasado mes de enero, criticado duramente por la prensa, la oposición de derecha
y la sociedad civil, el Gobierno integrado por el PSD y la ALDE, dirigido por
la socialdemócrata Viorica Dancila, se enfrentó el miércoles a su primera prueba
importante en el Parlamento. Hubo 166 votos a favor y 4 en contra, pero para
que la moción pasara eran necesarios 233 votos a favor. Cabe mencionar que los
parlamentarios en el poder no votaron. Denominada ¡La dimisión del Gobierno
Dragnea-Dancila, una emergencia nacional!, la moción de censura firmada por
152 diputados y senadores del Partido Nacional Liberal, la Unión Salvad Rumanía
y el Partido Movimiento Popular acusaron al Gabinete, en primer lugar, de haber
deteriorado gravemente el ámbito macroeconómico. Los autores del documento
reprocharon, entre otras cosas, el aumento del índice ROBOR del que dependen
las tasas de interés bancario, la subida de la inflación, la devaluación de la
moneda nacional, el leu, en relación con el euro, el caos creado por las
modificaciones del Código Fiscal o la falta de inversiones en la
infraestructura. En el documento, la derecha también señaló que el Gobierno en
realidad es dirigido por Liviu Dragnea, presidente de la Cámara de los
Diputados, y que la señora Dancila es su marioneta.
El PSD y la
ALDE tienen juntos 249 parlamentarios y el número de diputados y senadores del
PNL, la USR y el PMP alcanza tan sólo 154. La Unión Demócrata de los Húngaros
de Rumanía, que no integra el Gobierno, pero pertenece a la mayoría mediante un
protocolo de colaboración parlamentaria, tiene 30 diputados y senadores. En el
foro legislativo también hay 17 diputados de las minorías nacionales que
normalmente votan a favor del poder y 15 parlamentarios independientes, la
mayoría de ellos hostiles a Dragnea. Por eso, Dragnea declaró la semana pasada
que la moción de censura no sería aprobada. Los analistas le daban la razón y
recordaban, irónicamente, que Dragnea es el único capaz de derribar un Gobierno
dominado por el PSD. Así sucedió hace exactamente un año cuando el primer
ministro socialdemócrata Sorin Grindeanu fue destituido mediante moción de
censura introducida y votada por su propio partido, una novedad en los casi 3
decenios de democracia rumana postcomunista. A comienzos de este año, el
sucesor de Grindeanu, Mihai Tudose, dimitió sin comentarios tras dejarse
convencer de ello en una reunión del partido. A su vez, la prensa daba por
hecho que la moción no pasaría, pero subrayaba que, indistintamente del
resultado, los graves problemas de imagen y credibilidad de una mayoría
controlada por Dragnea no desaparecerían.
La semana pasada, Dragnea fue condenado por el
Tribunal Superior de Casación y Justicia a tres años y medio de cárcel por un
delito de abuso del poder. La decisión es recurrible. En 2016 éste había
recibido una condena definitiva a dos años de pena de cárcel suspendida por
intento de fraude electoral.