Medidas presupuestarias y económicas del Gobierno
Las decisiones del nuevo Ejecutivo de Bucarest ya están siendo criticadas por los sindicatos. Más detalles al respecto en un material firmado por Bogdan Matei.
Bogdan Matei, 29.12.2020, 11:33
Antiguo ministro de Finanzas, el nuevo primer ministro rumano, el liberal Florin Cîţu, ha inaugurado su mandato con decisiones centradas en cifras, gracias a las cuales espera gestionar la previsible crisis económica. Según un proyecto de ordenanza de urgencia debatido publicamente el lunes por la noche, los sueldos de los funcionarios públicos no aumentarán, pero tampoco disminuirán en 2021 y el valor de los aumentos se congelará al nivel de este año. Se suspenderán, el próximo año, las denominadas pensiones especiales de los alcaldes y el punto de multa quedará al nivel actual, de 145 lei (el equivalente a unos 30 euros).
El Ejecutivo integrado por el PNL, la Unión Salvar Rumanía PLUS y la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía promete prolongar el apoyo financiero ofrecido a los asalariados y a las empresas afectadas por la pandemia de COVID-19, pero todas estas medidas tienen un impacto financiero considerable y deben ser tomadas en cálculo a la hora de finalizar el presupuesto estatal para el 2021. Éste tendrá un déficit de un 7% del PIB y continuará apoyando hasta el próximo 30 de junio los programas de ayuda aprobados este año. Se trata, en primer lugar, de la indemnización concedida a los asalariados cuyos contratos individuales de trabajo fueron suspendidos y la asignación de un porcentaje del sueldo bruto del empleado de hasta un 41,5% para cada empleado que reanude su actividad en la empresa.
El primer ministro Cîţu también ha anunciado la aprobación de la ayuda estatal para el sector HoReCa y para las agencias de viaje así como el otorgamiento también el próximo año de los bonos de vacaciones para estimular el turismo nacional. Fuentes gubernamentales han precisado que el presupuesto para el próximo año permitirá el aumento de las indemnizaciones para los niños en un 10% a partir del 1 de enero y en otro 10% a partir del mes de agosto.
Por más generosas que puedan parecer, todas estas medidas no responden a las expectativas de la sociedad. El nuevo Gobierno ya está siendo criticado por los sindicatos que han organizado las primeras protestas. Una de las confederaciones sindicales más importantes, Cartel Alfa, ha anunciado que desaprueba el aumento del sueldo mínimo en tan sólo 70 lei (unos 15 euros). Es una suma sobre la cual el primer ministro afirma que aseguraría el mantenimiento de los empleos. En cambio, los líderes de Cartel Alfa afirman que no cubre ni siquiera los gastos suplementarios para las mascarillas de protección. La medida, según añaden, anuncia una nueva política de austeridad y todos los costos de la crisis económica serán soportados por los trabajadores y los pobres.
Sin embargo, otra confederación importante, el Bloque Nacional Sindical, considera que el nivel propuesto por el Gobierno es una solución de compromiso ya que hay un gran número de empleados pagados con el sueldo mínimo. Los comentaristas consideran que los temores de los sindicalistas tienen fundamento. A partir del próximo 1 de enero, una vez liberalizado completamente el mercado de perfil, el precio de la energía eléctrica aumentará en un 26%, cosa que generará una explosión de los precios.