Medidas contra la COVID
Rumanía cuenta actualmente con una cuarta parte de la población vacunada contra la COVID-19, con un número de infecciones que se mantiene bajo desde hace varias semanas. Sin embargo, ya se han registrado casos de la variante delta.
Corina Cristea, 14.07.2021, 14:57
La cepa más contagiosa del coronavirus SARS-CoV-2 detectada hasta ahora, la variante delta, responsable de la ola de casos de COVID-19 que devastó India, está dejando ver cada vez más sus efectos, lo que ha conllevado que autoridades de todo el mundo estén tomando medidas para atenuar una cuarta ola. En Israel, por ejemplo, se ha empezado a administrar una tercera dosis de la vacuna contra la COVID a personas con problemas de inmunidad. A su vez, en Francia, la medida más importante para luchar contra la variante delta que ha anunciado el presidente Emmanuel Macron contempla la vacunación obligatoria de trabajadores sanitarios y no sanitarios de hospitales, clínicas, asilos y residencias de ancianos, así como de todo el personal profesional y voluntario que atienda a las personas mayores, incluso a domicilio. Después de Francia, Grecia ha anunciado la misma medida para el personal sanitario, de aplicación a partir del 1 de septiembre.En Rumanía, la variante delta apareció hace unas semanas, con una primera muerte asociada en la segunda quincena del mes pasado. Desde entonces, el número de este tipo casos ha aumentado levemente, así como las muertes asociadas, mientras las autoridades siguen apelando a la vacunación. El personal sanitario que se niegue a vacunarse contra la COVID podría tener que asumir el precio de los test de su propio bolsillo, tal y como ha indicado este martes el primer ministro Florin Cîțu, respondiendo así a la pregunta de si el Ejecutivo contempla la obligación de inocular al personal sanitario o a los empleados que trabajen con personas de la tercera edad. Florin Cîțu:
«Rumanía tiene la tasa de infección más baja de Europa. En cuanto a la vacunación del personal sanitario, proponemos hacer test a aquellos que no quieran vacunarse y que tengan que pagar las pruebas. Esto es lo que le he propuesto al Ministerio de Sanidad.»
Esto se debe a que también existen temores sobre una posible cuarta ola en Rumanía, aunque actualmente la tasa de positivos sea de alrededor del 0,3 % y el sistema sanitario ya no se ve con la necesidad de funcionar bajo la presión de un gran número de pacientes infectados. Por otro lado, a partir del martes, los pasajeros que lleguen al aeropuerto Henri Coandă desde países incluidos en la lista amarilla y que tengan un certificado COVID digital europeo o un certificado de prueba PCR pueden utilizar el flujo verde sin control de la Dirección de Sanidad Pública. El mismo pasillo también está destinado a aquellos que procedan de países de la lista roja y que posean el certificado. La Compañía Nacional de Aeropuertos de Bucarest ha especificado que no son válidos los certificados digitales emitidos por el Reino Unido o países no pertenecientes a la UE y recomienda a los pasajeros que procedan de países incluidos en la lista roja o amarilla que completen con anticipación el formulario solicitado por las autoridades sanitarias rumanas, el cual se puede descargar de las webs de las aerolíneas o del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Versión en español: Víctor Peña Irles