Los últimos días del estado de alarma
Los rumanos esperan con impaciencia la relajación de las medidas impuestas en el estado de alarma para poder beneficiarse de sus derechos y libertades afectados por la pandemia de COVID-19.
Roxana Vasile, 11.05.2020, 13:41
Los últimos dos meses han sido atípicos para los rumanos ya que la declaración el pasado 16 de marzo del estado de alarma afectó su existencia. Los alumnos ya no van al colegio. Muchísimos padres se han visto obligados a trabajar desde casa, algunos han entrado en paro técnico o incluso han perdido sus empleos. Los teatros, las salas de espectáculos, los cines, las tiendas y los parques están cerrados. Al comienzo del estado de alarma las personas mayores de 65 años de edad pudieron salir de casa sólo entre las 11 a.m. y las 13 p.m., pero luego se les permitió salir seis horas al día. Las personas que se ven obligadas a desplazarse tienen que presentar el permiso de trabajo, un certificado emitido por el empleador o una declaración de responsabilidad firmada con antelación si la policía lo exige. A los cristianos ya no se les permite entrar en las iglesias y las misas se ofician sin público. Por eso, la misa de Pascua de este año se transmitió por televisión y las redes sociales.
Igual de inusual fue el día 1 de mayo. Los rumanos estaban acostumbrados a festejarlo al aire libre al lado de la familia y los amigos. Sin embargo, después de dos meses de restricciones drásticas, la gente espera con impaciencia el día 15 de mayo porque empieza la segunda etapa, es decir el estado de alerta, y por consiguiente la relajación de las medidas. En esta perspectiva, el Instituto Nacional de Salud Pública ha hecho una serie de propuestas lanzadas a debate público en cuya base serán emitidos estos procedimientos o reglas. Así, los hoteles ofrecerán servicios de alojamiento sólo para desplazamientos por razones profesionales o para realizar el mantenimiento. Volverán a abrirse los salones de peluquería, pero se asegurará una superficie de 4 metros cuadrados como mínimo para cada cliente y una distancia mínima de 2 metros cuadrados entre dos personas. También las clínicas dentales abrirán sus puertas. La programación de los pacientes mayores de 65 años de edad o de los que padecen enfermedades crónicas se hará al comienzo del horario de trabajo. En las unidades sanitarias que no atienden a pacientes con COVID-19 se evitará en la medida de lo posible la hospitalización y el tratamiento médico se efectuará en el hogar. Otras propuestas del Instituto Nacional de Salud Pública tienen que ver con el sector educativo y están destinadas a aquellos que tendrán que hacer el examen de bachillerato o la evaluación nacional o para el transporte de pasajeros. Las autoridades precisan que el día 15 de mayo, cuando empieza el estado de alerta, sólo tendrá valor administrativo, ya que los problemas generados por el nuevo coronavirus seguirán siendo igual de actuales como ahora.