Los inversores y los beneficios
En Rumanía, los negocios con productos petroleros parecen ser muy provechosos. La compañía Petrom, la más importante del mercado autóctono, registró en 2013 un beneficio récord.
Florentin Căpitănescu, 20.02.2014, 13:38
Aún hay numerosas dudas respecto a algunas de las privatizaciones realizadas en Rumanía después de la revolución. Una de estas compañías es Petrom, la más importante empresa petrolera rumana que, en 2014, fue comprada por el conocido grupo austríaco OMV por 700.000.000 de euros. Entonces, la transacción llamó la atención de la prensa y de los analistas políticos, quienes consideraban que era una inversión muy escasa, lo que era una práctica normal en las grandes privatizaciones.
Después de diez años en los que el grupo austríaco ha hecho inversiones importantes, la compañía Petrom se ha convertido en la más provechosa de Rumanía. En 2013, los beneficios alcanzaron 1.100 millones de euros, es decir 1,5 veces más que el precio de la inversión. El estado rumano se ha beneficiado mucho del éxito de la compañía y ha ganado 2.300 millones de euros. Asimismo, la empresa rumana produjo casi el 40% del beneficio total que los austríacos consiguieron obtener en 2013. Para este año, la compañía Petrom –muy importante en la región, gracias a su gran red de gasolineras que no cubre únicamente el territorio de Rumanía, sino también el de los estados vecinos: la República de Moldavia, Bulgaria y Serbia- estima que sus ventas bajarán.
La dirección de la compañía Petrom opina que la causa será el nuevo impuesto sobre los carburantes de 7 céntimos de euro por litro, una medida que el Ejecutivo de Bucarest quiere poner en marcha a partir del 1 de abril. Pero la compañía Petrom no es la única que estima problemas para 2014. Los representantes de las pequeñas y medianas empresas solicitan al Gobierno aplazar el impuesto sobre las construcciones especiales que ha entrado en vigor este año. Nueve de cada diez pequeñas y medianas empresas opinan que esta tasa afectará a sus beneficios y que Rumanía podría perder inversiones a favor de los estados de esta zona, que no imponen ninguna obligación de este tipo. Los representantes de las pequeñas y medianas empresas rechazan esta tasa, dado que se aplican impuestos incluso sobre varias construcciones muy importantes –como por ejemplo, en la agricultura, sobre los sistemas de irrigación y espacios de almacenamiento.