Los efectos del nuevo impuesto sobre los carburantes
La Ordenanza de Urgencia adoptada por el gobierno rumano mediante la cual a los conductores de camiones se les devuelve una parte del impuesto suplementario sobre carburantes descontenta a los conductores de trenes que se consideran discriminados. Por su
Corina Cristea, 03.04.2014, 15:17
Prevista inicialmente para el 1 de enero y aplazada debido a la oposición del presidente Traian Basescu, el aumento del impuesto sobre combustibles, de 7 céntimos de euro por litro, entró en vigor a comienzos de este mes de abril. Un primer efecto ha sido el incremento en 40 céntimos de lei por litro en la gasolina con plomo y sin plomo, gasoil y keroseno. Sin embargo, el ejecutivo de Bucarest decidió devolver a los conductores de camiones 4 de los 7 céntimos de euro. La medida está destinada a los transportistas de mercancías y de personas así como para el servicio de Correos Rumano.
El primer ministro Victor Ponta :
“El esquema que hemos adoptado se basa en un reglamento europeo que ya se aplica en 6 países y que prevé la posibilidad de conceder esta parte del impuesto como esquema de ayuda estatal para los conductores que tienen licencia”.
También los agricultores se beneficiarán de la ayuda estatal a la hora de comprar gasoil para la agricultura. Desde el pasado 1 de abril, el gobierno decidió descontarles cerca de 1,8 lei por litro. Sin embargo, la decisión de devolver a los conductores de camiones una parte del dinero descontenta a los maquinistas quienes afirman que sus problemas financieros van a empeorar. Tan solo los trenes de pasajeros consumen anualmente entre 50 y 55.000 toneladas de combustible — ha afirmado para Radio Rumanía el ex director de la compañía, Stefan Roseanu:
“Es posible que en el próximo período retiremos otros trenes de la circulación debido al empeoramiento de la situación financiera”.
La Asociación de Maquinistas de Rumanía piensa que esta discriminación evidente entre el transporte ferroviario y el transporte por carreterra se debe también a la introducción del impuesto de carretera que desde el año 2005 fue introducido en la tasa sobre el gasoil utilizado por las locomotoras de los maquinistas. Indirectamente, mediante el pago de este impuesto, el sistema de transporte ferroviario ayudó a la construcción y modernización de las carreterras y los caminos nacionales, según afirman los transportistas ferroviarios. Según su asociación, en algunos países de la UE este impuesto se devuelve o no se percibe y en estados que abogan por el transporte ecológico, se imponen tasas adicionales por kilómetro para el transporte por carretera.