Las terrazas han abierto
El 1 de junio ha traído una segunda ola de relajaciones a Rumanía aunque el peligro del nuevo coronavirus no ha pasado. Entre ellas, una de las más esperadas por los ciudadanos era la apertura de las terrazas. Sin embargo, con determinadas condiciones.
Eugen Coroianu, 02.06.2020, 12:48
Las terrazas, definidas como espacios especialmente dispuestos fuera de los edificios de los establecimientos públicos de alimentación, han abierto con la llegada del calendario de verano, una medida recibida con entusiasmo por muchos rumanos, especialmente por los jóvenes. Sin embargo, con el fin de evitar la propagación del coronavirus, las autoridades han impuesto una serie de condiciones tanto para los propietarios como para los clientes.
Así, se realizará un triaje observacional en la entrada y se prohibirá el acceso a los consumidores con síntomas visibles de infección respiratoria. Los operadores económicos del sector público de alimentación también velarán por que existan dispositivos con productos biocidas aprobados necesarios para la desinfección de manos en la entrada y en las instalaciones sanitarias.
Al mismo tiempo, se recomienda establecer circuitos unidireccionales que deben seguir los clientes dentro de la terraza de modo que se minimicen los contactos entre ellos. Está prohibido transferir menús, saleros, oliveras y otros objetos de una mesa a otra. Todos ellos se deben desinfectar después de que los clientes se vayan de una mesa y se utilizarán menús desechables siempre que sea posible. Además, el servicio será realizado por el personal que usará máscaras y guantes y los guantes utilizados para servir no se utilizarán en la preparación de las comidas. También está prohibido consumir productos de pie para reducir el movimiento de los clientes dentro de la terraza y se permite un máximo de cuatro personas en las mesas, siempre que se mantenga una distancia de 1,5 metros entre los ocupantes. Excepto para los miembros de las familias que tienen el mismo domicilio.
Otras medidas para prevenir las infecciones incluyen: distancia de al menos 2 metros entre los ocupantes de las mesas adyacentes; la ocupación de plazas sólo con reserva previa, con el fin de evitar el hacinamiento en la entrada del establecimiento y para facilitar la investigación epidemiológica en caso de enfermedad entre los clientes del local; la existencia de un registro de reservas de clientes con datos concretos sobre la base de los cuales se pueda llevar a cabo la investigación epidemiológica; desinfección de las mesas después de cada cliente o grupo con productos biocidas que requieran un tiempo mínimo de contacto y aprobados por la Comisión Nacional de Biocidas.
Dentro de dos semanas la situación epidemiológica será reevaluada y, dependiendo de los resultados, es posible que haya más relajaciones de las restricciones, según las autoridades de Bucarest. La pandemia del coronavirus está produciendo este año casi mil millones de euros en pérdidas para la industria hotelera rumana, considera Călin Ile, presidente de la Federación de esta rama. Él explicó que en marzo, abril y mayo se perdieron unas 6 millones de pernoctaciones lo que equivale a unos 240 millones de euros. Călin Ile desea que en el periodo siguiente, además de las medidas dedicadas a la mano de obra y a la inyección de capital, el Estado aporte medidas que inspiren confianza para estimular el movimiento turístico.
Por su parte, Dragoş Anastasiu, presidente de la Cámara de Comercio e Industria Rumano-Alemana, ha dejado claro que se necesitan medidas extraordinariamente flexibles. El consultor experto en turismo Traian Bădulescu ha puntualizado que es hora de que Rumanía también haga una campaña de imagen externa para atraer a los turistas extranjeros. Podemos demostrar que todo está bien en Rumanía y que esperamos turistas de otros países, ha destacado el especialista.