Las elecciones locales de Rumanía
Los rumanos han elegido a sus nuevos alcaldes en condiciones sin precedentes destinadas a prevenir la propagación del nuevo coronavirus.
Bogdan Matei, 28.09.2020, 12:41
Reglas estrictas de protección sanitaria como el uso de la mascarilla, la desinfección de las manos a la entrada y salida de los colegios electorales así como el mantenimiento de la distancia física de un metro como mínimo han acompañado el ejercicio electoral de este domingo de Rumanía. La COVID-19 afectó el calendario de las elecciones locales, programadas inicialmente para el pasado mes de junio y aplazadas debido a la pandemia. Los rumanos votaron por 41 presidentes de consejos distritales, más de 1.300 concejeros distritales, 40.000 consejeros locales y unos 3.200 alcaldes. A nivel nacional se ha registrado una participación electoral de un 46%, tan sólo en un 2% menos que en las anteriores elecciones locales, según señalan los sociólogos. La participación más reducida ha tenido lugar en Bucarest, tan sólo un 37%. Sin embargo, hace cuatro años se registró un participación más reducida que ahora.
Bucarest suma una décima parte del total del electorado rumano y excepto el presidente de la república, su alcalde es el político investido con el mayor número de votos. La capital es la ciudad más rica del país, con indicadores económicos y sociales que superan el promedio de la Unión Europea y con la demografía más dinámica. Por eso el cargo de alcalde general es un trofeo deseado por todos los partidos.
El nuevo alcalde es el matemático y activista cívico Nicuşor Dan. Del núcleo de la organización no gubernamental Salvad Bucarest se creó la actual Unión Salvad Rumanía, actualmente la tercera fuerza del Parlamento. Posteriormente, por motivos ideológicos, Dan se separó del partido que fundó, pero su candidatura ha sido respaldada tanto por éste como por el Partido Nacional Liberal, en el Gobierno. Candidato perdedor en 2016, Dan ha vencido a la alcaldesa en funciones, la socialdemócrata Gabriela Firea. La exestrella muy vocal de una televisión de izquierda se convirtió hace cuatro años en la primera mujer y primer miembro del PSD en ocupar el cargo de alcalde general. Candidata a su propia sucesión y apoyada por el más importante partido parlamentario, en la oposición, la alcaldesa comenzó su campaña electoral con un palmarés modesto. Bucarest es una ciudad ahogada por la contaminación, paralizada por el tráfico aglomerado, con la dirección de calefacción urbana en quiebra y con una infraestructura todavía deficitaria.
Hace cuatro años, el PSD se adjudicó los seis ayuntamientos de sector. Ahora, los candidatos de izquierda han compartido sus sectores con los candidatos apoyados por el PNL y la USR. Resultados ajustados entre las dos principales fuerzas políticas se han registrado también en los consejos distritales. Los socialdemócratas han mantenido la mayoría de los cargos del sur y del este del país y los liberales a los del oeste. La Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía es la gran ganadora del centro, la única zona con el mayor número de húngaros. Votada por un tercio de los bucarestinos, la Unión Salvad Rumanía se ha adjudicado por primera vez algunas provincias: Timişoara (en el oeste del país), Braşov (en el centro), Bacău (en el este).
Ridícula para muchos, la ambición declarada del antiguo presidente Traian Băsescu de volver a los casi 70 años de edad al ayuntamiento de la capital, que también dirigió hace dos decenios, ha sido una estrategia ganadora para su partido, el PMP, que ha superado el umbral electoral del 5%. En opinión de los comentaristas, todas estas cifras de las elecciones locales representan una base para las estrategias que los partidos elaborarán en la perspectiva de las elecciones parlamentarias del próximo mes de diciembre.