La revolución rumana anticomunista
El 20 de diciembre de 1989, Timişoara llegó a ser la primera ciudad libre del comunismo de Rumanía.
România Internațional, 20.12.2016, 13:25
Se han cumplido 27 años desde que los rumanos ganaron en la calle su libertad, muriendo para apartar al régimen totalitario ilícito y criminal instalado después de la guerra. En diciembre de 1989, en Rumanía murieron más de 1.000 personas y al menos 3.000 resultaron heridas. El motín comenzó en Timişoara (en el oeste), donde se inició una manifestación espontánea, como respuesta al intento del régimen de evacuar al pastor reformado Laszlo Tokes. Éste había criticado el régimen en la prensa internacional, lo que se entendió, según el régimen de la época, como incitación a la desunión étnica. La gente rodeó su casa tras ver en la gestión de las autoridades comunistas un nuevo intento de limitar la libertad religiosa. El 17 de diciembre, la manifestación se extendió al centro de la ciudad, que se convirtió en el principal escenario de las protestas anticomunistas, lo que era inconcebible en aquella época. Al enfrentarse a una situación sin precedente, las autoridades ordenaron que el ejército saliera a las calles que ya estaban llenas de la omnipresente policía política del régimen (Securitate). Siguió una violenta intervención y decenas de personas fueron matadas. Para borrar completamente las huellas de la violenta represión, los cuerpos del depósito de cadáveres del hospital se llevaron a Bucarest, donde se quemaron en un crematorio y la ceniza se tiró a un canal cercano, en el marco de la operación denominada de manera simbólica “La rosa”. Sin embargo, las protestas continuaron hasta el 20 de diciembre, cuando el ejército fraternizó con los manifestantes y volvió a los cuarteles, los detenidos fueron liberados y desde el balcón de la Ópera, Timişoara se declaró la primera “ciudad libre del comunismo”. Al día siguiente, el motín anticomunista se extendió a Bucarest y culminó el 22 de diciembre con la huida del dictador Nicolae Ceauşescu y de su esposa, Elena. Posteriormente, fueron capturados y ejecutados el mismo día de Navidad, tras un juicio sumario. Después de más de un cuarto de siglo desde aquellos acontecimientos, la gente quiere saber quiénes son los responsables de los crímenes de entonces. Cerrado inicialmente, el caso de la Revolución se ha vuelto a abrir este año después de que los jueces constataran la superficialidad con la que se hicieron las investigaciones. Los fiscales militares han anunciado la extensión del seguimiento penal in rem por crímenes contra la humanidad. Los magistrados han destacado que “para mantenerse en el poder, los nuevos líderes políticos y militares después de 1989 determinaron la muerte, la privación de libertad respectivamente de un gran número de personas.” Mediante las desinformaciones y las manipulaciones lanzadas en aquel periodo al nivel oficial, “se creó la apariencia de una guerra civil”, han precisado ellos. La división de la dirección del Ejército, la difusión de falsas órdenes e informaciones que causaron las luchas entre el ejército y la policía comunista (miliţie) o entre las unidades de las mismas armas, habrían tenido como objetivo “la toma del poder y la legitimación de los nuevos líderes”, han afirmado los fiscales. Todavía se sigue buscando a los culpables y ellos serán castigados si se encuentran.