La República de Moldavia tras la primera vuelta de las elecciones locales
El futuro alcalde de Chisináu, capital de la República de Moldavia (exsoviética, donde la mayoría de la población habla el rumano), será elegido en la segunda vuelta de las elecciones locales.
Bogdan Matei, 24.10.2019, 13:58
Obligada a cohabitar, no siempre de manera cómoda, con el presidente socialista filorruso Igor Dodon y el Gobierno mayoritariamente prooccidental de Maia Sandu, la República de Moldavia celebró el pasado domingo nuevas elecciones, políticas y geopolíticas. Los observadores de la Asociación Promo Lex han informado sobre más de 300 problemas que tuvieron lugar el día de las elecciones, incluidos casos de transporte organizado de los votantes a los centros de votación o de regalos electorales. Sin embargo, la Comisión Electoral Central considera que los problemas no pueden afectar el resultado final. Según anticiparon los sondeos sobre las intenciones de voto, los socialistas de Dodon han obtenido el mayor número de votos en la primera vuelta de las elecciones locales.
Asimismo, la izquierda populista pro-Moscú ha ganado los ayuntamientos de Bălţi (al norte), la segunda ciudad más grande de la república, y de Orhei (en el centro). En Bălţi, donde el peso de la población rusófona y rusófila es muy grande, vuelve a ser alcalde Renato Usatîi quien, entre dos mandatos, fue durante un tiempo un prófugo de Rusia, por miedo a la justicia. Y en Orhei, ciudad liderada hasta recientemente por el controvertido empresario y político moldavo-ruso-israelí Ilan Şor, condenado por el primer tribunal en el caso sobre el robo en el sistema bancario de 2014, venció en la primera vuelta, con más de un 70% de los votos, su representante, Pavel Verejanu.
Según se desprende de su victoria en la primera vuelta en 130 ayuntamientos de los 898, se trata de un resultado inesperadamente bueno obtenido por el Partido Demócrata, controlado por el controvertido oligarca Vladimir Plahotniuc y quien gobernó hasta el pasado verano. En la capital de Chisináu, donde vive un tercio de la población de la república y que produce la mitad del PIB, el nuevo alcalde será elegido después de la segunda vuelta organizada el 3 de noviembre. El socialista Ion Ceban, cercano del presidente Dodon, se enfrentará en la final al actual ministro del Interior, el prooccidental Andrei Năstase. Ceban obtuvo un 40% de los votos, y Năstase aproximadamente un 30%, resultados casi idénticos a las cifras registradas en las elecciones anteriores, organizadas el año pasado, cuyo resultado fue, finalmente, invalidado ilegalmente, después de la victoria de Năstase en la final. El exalcalde liberal de Chisináu entre 2007 y 2017, Dorin Chirtoacă, quien ganó aproximadamente un 10% de los votos, ha animado a los electores a votar contra Ceban en la segunda vuelta. Por lo demás, los analistas opinan que el socialista ya no puede obtener más votos, porque las opciones proeuropeas son claramente mayoritarias en esta ciudad que nunca ha elegido alcaldes rusófilos y que, por lo demás, más de la mitad de la población se ha pronunciado en un sondeo a favor de la reunificación con Rumanía. Por ello, según afirman los comentaristas, se espera que Andrei Năstase reciba en la final el apoyo de toda la derecha y gane sin grandes problemas.
Versión española: Monica Tarău