La Reina Ana, un último homenaje
Los rumanos le rinden un último homenaje a la Reina Ana.
România Internațional, 12.08.2016, 16:02
Un silencio profundo se ha instalado en la gran Sala del Trono del Palacio Real de Bucarest. En la puerta de entrada está escrito: ”Nihil Sine Deo” (”Nada sin Dios”), el lema de la casa real. Las mujeres hacen una reverencia frente al ataúd de la Reina Ana, algunos hombres se ponen de rodillas, los niños hacen la señal de la cruz y los mayores, entre ellos personas que han vivido durante la Monarquía, vierten lagrimas de dolor. Los rumanos han venido a darle el último adiós a la esposa del último rey de Rumanía, Miguel I, fallecida el pasado 1 de agosto en Suiza. En la entrada del Palacio Real han depositado flores, velas y mensajes de pésame y luego han acudido a la Sala del Trono para rendir un último homenaje. Una corona compuesta por lirios blancos cubre el ataúd envuelto en la bandera de la casa real y rodeado por soldados del Regimento de Guardia ”Miguel el Valiente”.
”La familia real es un símbolo”, ”la monarquía es la normalidad”, ”ha sido una gran tragedia ”, ”su desaparición nos deja un vacío” son algunos mensajes enviados por los participantes. Escuchemos algunas declaraciones de los presentes:
Un sentimiento de tristeza. Lamento que Rumanía no haya vuelto a la monarquía. Este es el gesto más sencillo para un rumano verdadero.
En mi familia tenemos veteranos de guerra que lucharon en el Ejército Real. Por respeto a ellos si no por respeto a Sus Majestades, deberíamos estar aquí.
Creo que este es un gesto que todos deberíamos hacer, cada persona, cada rumano que tenga la posibilidad de acudir al último homenaje rendido a esta gran dama de Rumanía. Hay que pensar en todo lo que ha hecho o ha intentado hacer durante su vida.
También han venido a despedir a la Reina Ana muchas personalidades de la vida política y pública rumanas. El ataúd fue traído el pasado miércoles desde el Castillo Peleş de Sinaia, en los Cárpatos Meridionales. Tras permanecer durante dos días en Bucarest, el próximo sábado el ataúd con los restos mortales de la Reina será trasladado a la Plaza del Palacio, dónde se podrán escuchar las campanas de las iglesias ortodoxas y de la Catedral romanocatólica “San José”. El entierro tendrá lugar en el monasterio Curtea de Argeş, en la necrópolis de la casa real. También acudirán numerosos miembros de las familias imperiales de Rusia, Austria y Alemania, así como de las familias reales de Holanda, Bélgica, Luxemburgo, de Baden, de Württemberg y de Borbón-Parma. Cabe destacar la dolorosa ausencia del rey Miguel que, a causa de sus graves problemas de salud, permanecerá en Suiza donde rezará por su esposa que le ha acompañado en el exilio durante 68 años. En Rumanía y en la República de Moldavia, país con mayoría de rumano-hablantes, el sábado ha sido declarado día de duelo nacional.