La investidura de los mandatarios locales
Este jueves, los alcaldes y los consejeros generales y locales, elegidos el pasado 5 de junio, han prestado juramento y han comenzado sus mandatos. Durante los próximos 4 años, dirigirán la administración local en Rumanía.
Bogdan Matei, 24.06.2016, 15:18
Después de las elecciones locales celebradas a principios de este mes, los partidos han negociado intensamente, a nivel central y local, la creación de una mayoría en los consejos generales y locales. El líder socialdemócrata, Liviu Dragnea, ha dicho que su partido tendrá la mayoría, compartida junto con sus socios más jóvenes, la ALDE y la UNPR, en 30 de los 41 distritos del país. De hecho, el mapa poselectoral, dominado por el rojo socialdemócrata, refleja los resultados de las urnas. En los consejos locales, el PSD ha obtenido un 41,39%, el PNL, un 32,8 y la ALDE, un 6,22%. En los consejos de distrito se mantiene la misma clasificación. De los 3.184 cargos de alcalde, los socialdemócratas han obtenido 1.677. En la clasificación sigue el PNL, con 1.081 escaños, la UDMR, con 195, y la ALDE, con 64.
A menudo considerados los más exigentes y sofisticados votantes, en su mayoría de derecha, los ciudadanos de Bucarest han optado por primera vez por una alcaldesa, una mujer que representa al PSD, la senadora Gabriela Vrânceanu-Firea (43 años). Antigua y controvertida periodista, que lleva menos de 4 años en la política, esta mujer ha sido, según los analistas, la locomotora que ha aportado el éxito al PSD, un partido que ha ganado los cargos de alcalde en los 6 sectores de la capital. Cabe destacar que en Bucarest la presencia en las urnas no ha superado el 33%, frente a la media nacional del 48%. Es más, las elecciones se organizaron según el sistema a una sola vuelta, donde el ganador es el que haya obtenido la mayoría simple de los votos expresados.
Esta medida se ha visto muy criticada por la sociedad civil y la prensa, que afirman que, en el contexto de una presencia reducida en las urnas, los futuros alcaldes carecerán de legitimidad. Los analistan también creen que hemos perdido la oportunidad de reformar una administración local gravemente afectada por numerosos escándalos de corrupción. Solo el año pasado, han sido procesados 14 alcaldes de ciudades, 9 presidentes de consejos locales y un prefecto. En Bucarest, los fiscales anticorrupción han acusado al alcalde general y a 4 de los 6 alcaldes de sectores elegidos hace 4 años. Un caso alucinante es el de Baia Mare (noroeste), donde el alcalde Cătălin Cherecheş ha vuelto a obtener dos tercios de los votos mientras estaba en prisión por un delito de corrupción. El alcalde reelegido en Deva (sudoeste), Mircia Muntean, ha recibido, unos días después de las elecciones, una condena de 6 años de cárcel en régimen cerrado. En Râmnicu-Vâlcea (sur), el tribunal ha anulado el nuevo mandato del alcalde Mircea Gutău, que a causa de una condena penal, había perdido el derecho a un nuevo mandato. Una prueba importante para las elecciones legislativas del próximo otoño, los comicios locales indican, según los estudios sociológicos, que el PSD y el PNL se disputarán la supremacía política en Rumanía. Pero, en las elecciones parlamentarias, la sorpresa podría venir por parte de las nuevas formaciones creadas por activistas cívicos, como la Unión Salvad Bucarest, una ONG transformada en partido y que ha llegado a ser la segunda fuerza política más importante en la capital.
(versión española S. Sarbescu )