La guerra del gas
El cese del suministro de gas natural ruso hacia Ucrania da escalofríos a los países de la UE dependientes, parcialmente, de los recursos energéticos del Este. En este contexto, Rumanía dispone de una reserva que cubre las necesidades por un período de se
Valentin Țigău, 17.06.2014, 16:40
El pasado lunes, Rusia impuso el pago con antelación del gas destinado a Ucrania, porque Kiev ha venido acumulando una deuda de 4500 millones de dólares, que representa las importaciones de 15 miles de millones de metros cúbicos de gas.
A raíz de la introducción del pago con antelación, ha sido suspendido el suministro destinado al consumo interno de Ucrania. En el presente, por los gasoductos ucranianos sólo se transita gas destinado a los consumidores de la UE. Según informa el corresponsal e Radio Rumanía en Moscú, de las declaraciones hechas posteriormente por las dos partes no se entreve una solución que resuelva rápidamente la crisis, y es posible que apenas en el próximo otoño, tengan lugar negociones al respecto.
Varios estados europeos han anunciado que no tendrán problemas a raíz del cese del suministro de gas hacia Ucrania, incluso si se ven afectadas también las cantidades destinadas a la UE. Conforme con las reglamentaciones, cada país tiene la obligación de hacerse reservas. Rumanía se ve menos amenazada, dado que dispone de una producción interna de gas. El jefe del gobierno rumano, Victor Ponta, estima un plazo de seis meses sin semejantes problemas, mientras que el titular de energía, Razvan Nicolescu, ha tomado ya medidas suplementarias y ha solicitado a las empresas extractivas de gas que pospongan las posibles obras de revisión de los pozos de extracción del gas, programadas para este período, para que la producción no disminuya.
Una de las variantes destinadas a asegurar la seguridad energética a largo plazo, es la explotación de los recursos de gas del Mar Negro. Durante el encuentro del pasado lunes, con el vicepresidente de la compañía ExxonMobil, el primer ministro Victor Ponta, alentó el aceleramiento del programa de horadación en la zona continental del Mar Negro. Por otra parte, la UE no dramatiza el fracaso de las últimas negociaciones trilaterales en torno al gas y espera que el tránsido de gas sea uno estable, a pesar de las quejas de la Gazprom de Rusia, y la Naftogaz de Ucrania, ante el Tribunal de Arbitraje de Estocolmo. Una declaración al respecto fue hecha el pasado lunes en Bruselas, por el comisario europeo de la energía, Gunther Oettinger, que ha recordado que la UE propuso un plan de solución del conflicto del gas entre Rusia y Ucrania, que preve el pago de las deudas de los ucranianos hasta el final del año.
Los observadores políticos de Bucarest califican la acción de Gazprom de chantaje y medida de retorsión, teniendo en cuenta que dicha compañía pretende que son las deudas de Kiev que están a la base del del diferendo ruso ucraniano y no el precio demasiado grande reclamado por Moscú. Los analistas políticos incluyen este episodio con graves consecuencias económicas, en el contexto más amplio existente entre Rusia y Ucrania, e incluso de la confrontación entre el Este y el Occidente.
(traducido por Luminta Ganea)