La economía rumana entre crecimiento y pobreza
El informe de la Comisión Europea sobre la economía rumana menciona ciertos progresos, pero llama también la atención acerca de algunos riesgos.
Roxana Vasile, 10.03.2016, 16:03
El ingreso salarial promedio neto bajó en el pasado mes de enero en más del 8% frente al mes anterior, cifrándose en 1943 lei, el equivalente de casi 430 euros. Ya no es un secreto para nadie el hecho de que los salarios bajos representan uno de los más importantes motivos por los cuales los inversores se sienten atraídos por el ámbito de negocios de Rumanía. En igual medida, Rumanía ocupa en Europa el primer lugar en la clasificación de la desproporción de ingresos entre los ricos y los pobres: la relación es de 7,1 a 1, frente a la relación 5 a 1 a nivel europeo.
Todos estos datos no dejan lugar a mucha discusión. Desde hace años Rumanía encabeza el incremento económico de la UE, sin que la vida diaria del ciudadano corriente registre algún bienestar. El hecho de que Rumanía figura también en una clasificación de la pobreza demuestra que el modelo de crecimiento no está en beneficio del ciudadano. Esta paradoja, ha declarado la jefa de la Representación de la Comisión Europea en Bucarest, Angela Filote, no se basa en la calidad, sino en los salarios y los costes bajos.
“A mí, todo esto me dice que el modelo actual de crecimiento económico de Rumania no obra en interés del ciudadano, porque aunque el país se desarrolla, el ciudadano queda igual de pobre y este no representa un modelo de incremento a promover como modelo sostenible, en condiciones de aumentar el nivel de vida.”
Por ello, en el informe para Rumanía, la Comisión Europea recomienda a las autoridades centrar la atención en tres sectores prioritarios: el relanzamiento de las inversiones, la continuación de las reformas estructurales y la adopción de políticas presupuestarias responsables. Del otro lado, la titular de Finanzas, Anca Dragu, ha declarado que las inversiones se han recuperado tras la baja del año 2013 en el sector privado, pero que en el público siguen siendo insuficientes e ineficaces. Escuchemos a Anca Dragu:
“En Rumanía, el crecimiento económico es sostenible. Tenemos un ritmo de crecimiento en la zona de las inversiones del 7,5% en 2015, y un aumento del consumo final de un 5,3%, lo que demuestra que las inversiones son el verdadero motor.”
El incremento económico de Rumanía se debe estimular mediante medidas estructurales, relacionadas con el capital, la mano de obra y la productividad, ha explicado también el economista jefe del Banco Nacional de Rumanía, Valentin Lazea. Una lista breve incluye entre otras cosas, una mejor absorción de los fondos europeos, el aceleramiento de la atracción de las inversiones extranjeras directas, la promoción de la Bolsa de Valores de Bucarest del nivel de mercado fronterizo a uno emergente, el estímulo de la salud y la natalidad, de la educación, la investigación y el desarrollo, de la construcción de carreterras que crucen los Cárpatos y la dinamización de la explotación agrícola.
Son capítulos difíciles de cumplir que no aportan votos, declara Lazea, pero hay que tomar en consideración las advertencias de la Comisión Europea de que ya no queda lugar para medidas de relajamiento fiscal y monetario, que ya se han agotado.