Incertidumbres en Chisináu
En la República de Moldavia (exsoviética, donde la mayoría de la población habla el rumano), el Gobierno declarado proeuropeo se basa en una mayoría parlamentaria cada vez más frágil, que ya no puede garantizar la supervivencia en la moción de censura pre
România Internațional, 23.10.2015, 16:44
Los
analistas de la vida política de Chisináu han hablado de una sensación de fin
de época cada vez más aguda. Seis años después de haberse instalado en el
poder, después de las manifestaciones que pusieron fin al largo gobierno
comunista filoruso entre 2001 y 2009, la alianza gubernamental tripartita,
declarada proocidental, está más desunida que nunca. Nada parece mantener
unidos a los liberaldemócratas, a los demócratas y a los liberales.
Después de
haber perdido la credibilidad debido a la corrupción de alto nivel y a la
degradación del nivel de vida, en un estado considerado en numerosas
clasificaciones el más pobre de Europa, el poder también se ve obligado a pasar
la prueba de una moción de censura presentada por la oposición de izquierda. 42
diputados socialistas y comunistas han pedido la destitución del primer
ministro, el liberaldemócrata Valeriu Streleţ,
acusado de defender al exjefe de su partido, Vlad Filat, detenido por
corrupción, y de estar él mismo implicado en negocios dudosos.
El líder
socialista Igor Dodon, uno de los favoritos del Kremlin, desea también la
partida del presidente Nicolae Timofti y la organización de elecciones
anticipadas, que afecten a toda la administración. En cambio, el exjefe del
Estado comunista, Vladimir Voronin, ha propuesto que se forme un gobierno de
tecnócratas, apoyado por una amplia mayoría parlamentaria, pero sin la
participación del Partido Liberal Demócrata de Streleţ y Filat. Para que pase,
obteniendo la mitad más uno de los votos de los 101 mandatarios, la moción
necesita nueve votos más. Los corresponsales de Radio Rumanía en Chisináu han
destacado que, después de la detención de Filat, los problemas en la alianza
gubernamental, denominada para
la Integración Europea están cada vez más visibles, y los demócratas y los
liberales, colaboradores del PLDM, han comenzado a votar en el Parlamento, en
algunos casos, junto a los socialistas y los comunistas.
Además, el portavoz
del Legislativo, el demócrata Andrian Candu,
ha anunciado que su partido decidirá la próxima semana si apoya o no la moción
de censura contra el Gobierno del que forma parte. Una oportunidad para que la
prensa recuerde el pasado comunista de algunos destacados miembros del partido,
como Marian Lupu y Dumitru Diacov, éste también acusado frecuentemente de
pertenecer a los servicios secretos rusos, o las conexiones mafiosas del
oligarca Vlad Plahotniuc, considerado el verdadero líder del Partido Demócrata.
Insalado en el cargo en verano, el primer ministro Streleţ considera que la
moción contra su gabinete es un intento de desestabilizar política y
económicamente a la República de Moldavia, y de desviarla del recorrido
europeo. Siendo la primera en mostrar su preocupación por la situación en el
estado vecino, al que acaba de ofrecer un préstamo de 150 millones de euros,
Rumanía ha advertido, a través de su primer ministro Victor Ponta, que
continuará apoyando a Chisináu sólo si en el Gobierno hay una coalición
prooccidental. El jefe del Estado rumano también ha advertido que el fin de la
alianza crearía una situación de la que se aprovecharía la Federación Rusa.