Funerales de la Reina Ana
Las ceremonias funerarias de la Reina Ana tendrán lugar a partir de hoy en Bucarest, Sinaia y Curtea de Argeş.
România Internațional, 09.08.2016, 13:25
La Reina Ana de Rumanía vuelve para siempre al país que amó toda su vida, aunque lo conociera apenas en su senectud. Los funerales se celebrarán durante cinco días en todos los puntos geográficos fundamentales de la monarquía rumana. El cuerpo llegará primero al Castillo Peleş, construido en el siglo XIX, en los Cárpatos Meridionales, en Sinaia, por el fundador de la dinastía, Carlos I, y volverá a Bucarest a la Sala del Trono del Palacio Real, donde se permitirá el acceso del público este jueves y el viernes, y el sábado tendrá lugar el entierro, en la necrópolis real de Curtea de Argeş, la primera capital del principado medieval Ţara Românească. Los médicos han prohibido al Rey Miguel que participe en los funerales.
El soberano permanecerá en su residencia de Suiza, junto con los amigos y dos monjas ortodoxas. “Se ha tomado esta decisión con mucha lástima”, se ha afirmado en un comunicado de la Casa Real. A sus 94 años y estando gravemente enfermo, el Rey Miguel visitó diariamente a su esposa en la clínica suiza en la que falleció en 1 de agosto por un cáncer que le había causado mucho sufrimiento. Nacida en París, en 1923, la princesa Ana de Borbón-Parma conoció al Rey Miguel en Londres, en 1947. El 30 de diciembre del mismo año, cuando el país estaba bajo ocupación militar soviética y era liderado por un gobierno comunista, el soberano se vio obligado a abdicar y a exiliarse. Desde Estados Unidos, el Reino Unido y Suiza, ha garantizado las acciones del Comité Nacional Rumano, presentado como un gobierno en el exilio, aunque las democracias de occidente nunca le hayan reconocido este estatus. En Bucarest, el régimen comunista siguió alimentando una propaganda antimonárquica virulenta y grosera, cuyos efectos tóxicos todavía no han pasado totalmente.
El Rey Miguel pudo volver a su patria apenas después de la Revolución anticomunista de 1989 y recuperó la ciudadanía rumana, anulada por los comunistas, y algunas de sus propiedades. Como embajador especial, promovió la adhesión de Rumanía a la OTAN, en 2004, y a la Unión Europea, en 2007. Dentro del país, la familia real ha desarrollado acciones caritativas y de mecenazgo a través de las cuales ha sido más conocida por el pueblo rumano.
En una entrevista a Radio Rumanía en 2008, la Reina Ana afirmó que, en el exilio, su marido le contó mucho de su patria, pero que un viaje de un mes por todo el país, de Dobrogea al Banato y del Delta del Danubio a Transilvania, superó sus expectativas. Afirmó también que vio ciudades, aldeas y paisajes impresionantes y que conoció a gente especial.