Evoluciones políticas en Bucarest
Al final de la semana pasada, en Bucarest tuvieron lugar el Congreso Extraordinario del PSD, el número uno en la alianza en el poder, y el Consejo Nacional del PNL, el número uno en la oposición.
Ştefan Stoica, 12.03.2018, 14:20
En el congreso extraordinario del pasado sábado, el presidente socialdemócrata, Liviu Dragnea, obtuvo todo lo que se había propuesto: la reconfirmación informal, en un escenario abierto, de su estatuto de líder supremo de la principal formación de la coalición de gobierno integrada por PSD-Alianza de Liberales y Demócratas y la segunda posición en el partido, es decir el cargo de presidente ejecutivo para su fiel colaboradora, la primera ministra, Viorica Dancila. Los contrincantes de esta última, los exministros Nicolae Banicioiu y Ecaterina Andronescu, salieron de la sala descontentos por no poder pronunciar sus discursos antes de la votación. Esta fue la única crítica interna en relación con el modo en que se desarrolló el congreso, percibido por los observadores como una nueva demostración de fuerza del presidente Dragnea. Los socialdemócratas optaron por seguir a Liviu Dragnea, el hombre sin rival en el partido, que les prometió que continuaría la reforma de las leyes de la Justicia y de los Códigos Penales. Los mismos asuntos han generado críticas severas por parte de las instituciones judiciales, la opinión pública y los socios externos de Rumanía. El PSD tiene proyectada también la reforma de las principales instituciones y de los servicios de inteligencia que en opinión de Dragnea son cómplices de las personas implicadas en las operaciones que persiguen socavar al poder elegido democráticamente. Es una tesis en la que Dragnea sigue creyendo, pero que no ha sido comprobada:
“Hay que modificar la legislación de tal manera que los rumanos puedan sentirse libres en su país y tengamos la menor cantidad de abusos posible en las instituciones de Rumanía. Iniciaremos también un proceso de modernización de las leyes de funcionamiento de los Servicios de Inteligencia de Rumanía.”
A su vez, Viorica Dancila está convencida de que su elección en calidad de presidente ejecutivo asegurará una mejor comunicación entre el partido y el Gobierno:
“Mi elección en este cargo garantizará una buena relación entre el Gobierno y el partido porque en mi calidad de primera ministra voy a aplicar el programa que los rumanos votaron en 2016”.
En la agenda del Congreso Extraordinario del PSD no figuró la elección del candidato a las presidenciales del año 2019, que en el presente parece ser un tema tabú en el partido. No pasa lo mismo en el seno del PNL, la principal formación de la oposición.
El pasado domingo, los liberales decidieron en el marco de su consejo nacional respaldar al presidente Klaus Iohannis, para que obtuviera un nuevo mandato al frente del Estado. De este modo, el PNL quiso eliminar cualquier especulación respecto a un supuesto enfriamiento en la relación con el presidente. Definitivamente absuelto en un proceso de corrupción que le prohibió presentar su candidatura al cargo de alcalde general de la capital y debilitó su posición política, el presidente del PNL, Ludovic Orban, fue designado como candidato del partido para el cargo de primer ministro. Orban prometió que vendría con un programa de gobierno responsable, basado en análisis y estudios de impacto y solicitó al partido que se implicara totalmente en la batalla contra el poder actual:
“Nunca me ha gustado que me obedezcan por miedo, pero una cosa es cierta: yo soy el responsable de los resultados del PNL y no voy a aceptar que un 75% del partido que trabaja esté estancado por el 25% restante que no trabaja”.
Raluca Turcan primera vicepresidenta del PNL ha declarado a su vez que los liberales están listos para asumir el poder:
“El PNL tiene que llegar a gobernar. También en esta sesión parlamentaria vamos a presentar una moción de censura y nos esforzaremos por reunir a todas las fuerzas políticas en el Parlamento de Rumanía para alejar al PSD del Gobierno.”
Pero hasta la fecha, el PNL no ha logrado imponerse como factor coagulante de las formaciones con las cuales tiene afinidades de doctrina, es decir la Unión Salvad Rumanía y el Partido Movimiento Popular.