Evaluación para la enseñanza rumana
Los malos resultados obtenidos la semana pasada en el marco del sistema simulador para la evaluación nacional han reanudado los debates sobre la enseñanza rumana. Estos días, tienen lugar las evaluaciones para el examen de bachillerato.
Corina Cristea, 07.03.2016, 14:10
Según el principio que establece que si el sistema de enseñanza funciona, la sociedad avanza, todos los ministros que han dirigido este Ministerio hasta la fecha, han intentado encontrar el algoritmo mágico para mejorar la educación, un campo sensible y con efectos muy importantes.
Durante los últimos 20 años, el currículo ha cambiado cada año, se han eliminado o se han introducido asignaturas y se han aplicado nuevos métodos, pero el resultado no ha sido el esperado. Los cambios no han hecho más que generar incertidumbre entre los profesores y los padres. La incertidumbre aumenta en vísperas de los exámenes, cuya estructura se ha visto modificada en reiteradas ocasiones. Los resultados más recientes, los del simulador de examenes para los estudiantes del VIIIº grado, indican que la situación es bastante grave, dado que solo un 44% de los participantes han sacado más de 5, frente al 50% registrado en 2015. Los pesimistas creen que en Rumanía es imposible reformar el sistema de enseñanza. Los opositores afirman que la educación tiene muchos problemas, como la mala calidad de los libros de textos, que contienen información inútil y aburrida para los estudiantes, el bajo nivel de preparación de los profesores que es la consecuencia directa de tener un salario muy bajo, y los métodos utilizados, que no estimulan la creatividad. Los estudiantes se quejan del alto número de clases y asignaturas, así como del peso de las mochilas escolares. Los padres deben pagar clases privadas para sus hijos, porque no están satisfechos con el nivel de preparación aportado por las escuelas.
Sin embargo, no es así así siempre, dado que los estudiantes rumanos han obtenido resultados notables en las olimpiadas internacionales y además muchos rumanos estudian en grandes universidades occidentales. La idea es que no se convierta la excepción en regla general. Al hablar de las heridas abiertas del sistema de educación, el miembro de la Academia, Solomon Marcus, ha criticado el sistema rumano de enseñanza y ha dicho que “Nada puede ser más importante en la educación que enseñar al niño y al joven el respeto por la vida humana. Hay que comprender que el ser humano es el valor supremo en este mundo”.
Sobre los problemas de la enseñanza rumana también ha hablado el presidente Klaus Iohannis, que propone una nueva reforma. En su opinión, el Ejecutivo tiene todos los instrumentos para elaborar un plan cuyo objetivo es que antes del otoño de 2018, cuando celebramos el centenario de la Rumanía moderna, las escuelas también alcancen el nivel de una Rumanía moderna.
(traducido por Simona Sarbescu)