Escasez de mano de obra en Rumanía
Los expertos estiman que para continuar el crecimiento económico en Rumanía se necesita incorporar un millón de empleados al mercado laboral.
Bogdan Matei, 03.12.2019, 14:30
La economía rumana absorbe fácilmente la mano de obra ya que lleva muchos años en constante crecimiento. En octubre, la tasa de desempleo fue de tan solo 2,98%, más baja que el mes anterior e igualmente más baja que el mismo mes del año anterior. El número total de desempleados era inferior a 260 000, la mayoría de ellos del ámbito rural, mayores de 40 años y sin formación. En Bucarest, la economía más grande y dinámica de las ciudades rumanas, la tasa de desempleo cayó al 1,29%, es decir, un poco más de 15 000 personas. Por otro lado, más de la mitad de las empresas rumanas tienen la intención de aumentar el número de empleados en promedio en un 11% el próximo año.
Según el último barómetro realizado por PriceWaterhouseCoopers, catalogada como la empresa de servicios profesionales, consultoría y auditoría más grande del mundo, el 91% de las empresas rumanas de la tecnología de la información (TI) desean aumentar su número de empleados, en promedio de un 20%. Los siguientes lugares están ocupados por la industria y el sector automotriz y minorista, donde la mitad de las empresas necesitan aumentar su personal en un 6,4 por ciento. Han identificado la necesidad de incrementar su personal también el 40% de las compañías en el sector de servicios financieros y el 30% de las compañías farmacéuticas. El director de PriceWaterhouseCoopers Rumanía, Ionuţ Simion, estima que la economía necesita un millón adicional de empleados en los próximos cinco años para lograr un crecimiento promedio del 3,5% anual. El contexto es complicado, dice, porque en los últimos años la fuerza laboral se ha vuelto más difícil de encontrar, lo que limita el potencial de desarrollo de la economía.
Los expertos afirman que para corregir esta situación, tanto el Gobierno como las empresas deberían participar en programas formativos que desarrollen las habilidades de los empleados, especialmente las digitales. Todos parecen coincidir en que no hay soluciones infalibles para la crisis de la mano de obra. Cada vez hay más voces que acusan al gran número de beneficiarios de ayudas sociales de negarse a trabajar. Sin embargo, en su mayoría no están capacitados, por lo que su entrada en el mercado laboral no resolvería mucho. Luego, millones de rumanos en edad laboral viven y trabajan en el extranjero desde Canadá hasta Australia, la mayoría de ellos en Europa occidental. La fuerza de atracción del país de origen sigue siendo solo sentimental, porque, pragmáticamente, pocos de ellos están dispuestos a regresar ahora. Se sienten desalentados por la administración ineficiente, los políticos hostiles con los rumanos del extranjero y, en especial, por los salarios incomparablemente más bajos que en Occidente.
Los empleadores rumanos anuncian que han tomado en cuenta el incremento del salario mínimo interprofesional a partir del próximo año y que ya han previsto en sus presupuestos el impacto de este aumento. El Gobierno propone aumentar el salario mínimo en menos de 20 euros, mientras que los sindicatos dicen que se necesita al menos el doble.