Escándalo en el ámbito universitario
Las autoridades rumanas están investigando las recientes denuncias de acoso sexual en las universidades
Mihai Pelin, 01.08.2024, 11:22
El Ministerio de Educación rumano ha pedido controles en las instituciones de enseñanza superior sobre los casos de acoso sexual (o delitos similares) a raíz de las recientes denuncias.
Las medidas se anunciaron después de que en los últimos días varias estudiantes declararan en el espacio público haber sufrido abusos sexuales por parte de sus profesores. Hasta ahora, tres nombres se mencionan intensamente en la prensa y en las redes sociales. El sociólogo Alfred Bulai niega las acusaciones, pero ha solicitado la jubilación. La SNSPA (Escuela Nacional de Estudios Políticos y Administrativos) le ha suspendido como director del Departamento de Sociología, y dejará de impartir clases mientras dure la investigación interna de la comisión de ética de la universidad.
Mientras tanto, al menos 10 personas han enviado correos electrónicos a la fiscalía sobre su comportamiento, después de que los fiscales hicieran un llamamiento a los ciudadanos para que denunciaran el caso a las autoridades si disponían de información. Los mensajes no son automáticamente denuncias penales, deben hacerse tras una audiencia en la fiscalía, pero también se ha abierto una causa penal en el caso del profesor Bulai por utilizar su cargo con fines sexuales.
El profesor Stefan Adam, de la Universidad de Arquitectura de Bucarest, ha pedido que se le suspenda de la actividad didáctica después de que varias estudiantes le acusaran de enviarles mensajes indecentes y fotos suyas desnudo. El arquitecto argumenta que se trata de su vida privada y no debe afectar a la imagen de la facultad.
El tercero es el profesor Marius Pieleanu, también de la SNSPA, que ha sido acusado de acoso sexual por la exministra de Justicia Ana Birchall, pero la fiscalía dice que no ha recibido ninguna denuncia en este caso.
El sociólogo siguió siendo llamado a los estudios de televisión y no hubo ninguna investigación periodística sobre el caso ocurrido hace 16 años, escribió Ana Birchall en las redes sociales. «El acoso sexual es una lacra, que tiene consecuencias desastrosas tanto para las víctimas como para el ámbito profesional de cualquier organización. Cuando los acosadores ocupan además puestos que suponen confianza y autoridad, como los profesores, el impacto es aún más devastador. Agradezco la valentía de todos los que han dado un paso adelante y han contado la verdad, y animo a cualquiera que haya sido víctima de abusos de cualquier tipo a que los denuncie. Pido a las universidades que garanticen que cualquier desviación de las normas éticas y de integridad sea severamente sancionada, proporcionando protección a las víctimas y asesoramiento postraumático», afirma la ministra de Educación, Ligia Deca.
Los representantes del Ministerio de Educación subrayan que el acoso sexual, junto con cualquier forma de acoso, se considera una desviación de las normas éticas y deontológicas sobre el respeto al ser humano y a la dignidad humana, dado que empaña la dignidad de los beneficiarios directos del derecho a la educación y el prestigio de la profesión, tal como estipula la Ley de Educación Superior de 2023. El primer ministro, Marcel Ciolacu, se mostró convencido de que «se tomarán las medidas exigidas por la ley».