En vísperas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales
El próximo domingo, los rumanos sabrán quién será el presidente del país para los próximos 5 años. Presidente electo en 2004 y reelegido en 2009, Traian Băsescu termina ahora su segundo y último mandato, según prevé la Constitución, y su sucesor será uno
Bogdan Matei, 13.11.2014, 17:06
Con un 40% de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el socialdemócrata Victor Ponta es, con sus 42 años, el más joven primer ministro de la Rumanía postcomunista. Licenciado en derecho, el candidato de la alianza electoral PSD-UNPR-PC comenzó su carrera política desde muy joven tras un breve periodo en el que ocupó el cargo de fiscal. Se formó en los años 2000, como discípulo del ex primer ministro y jefe del Gobierno, el controvertido Adrian Năstase, y llegó a la cabeza del Ejecutivo en la primavera de 2012. En dos años y medio desde que encabeza la administración, ha llegado a ser muy popular entre los representantes tradicionales de la izquierda del este y del sur del país, lo que le ha garantizado la victoria en la primera vuelta. Los resultados macroeconómicos positivos, las medidas generosas de protección social, la habilidad de decir lo que el público quiere escuchar, y su afición al deporte, ha contribuido a la popularidad del primer ministro. En cambio, los opositores le reprochan la falta de competencias en asuntos económicos, las relaciones ocultas con los compañeros del partido ahora condenados por corrupción, así como la alegría inoportuna que manifiesta en muchas circunstancias.
En el polo opuesto, el candidato de la Alianza Cristiano-Liberal PNL-PDL y líder liberal Klaus Iohannis, con un 30% de los votos, es uno de los más serios políticos rumanos . Lo que a unos les impone respeto a otros les aburre. Con 55 años, es uno de los más longevos alcaldes de nuestro país. En 2000 fue elegido como alcalde de Sibiu (centro), y luego obtuvo, también con mayoría de votos, otros tres mandatos, el último hace dos años. Durante 14 años, Iohannis nunca ha sido acusado de corrupción, lo que es poco frecuente entre los mandatarios rumanos. Según la opinión general, Sibiu es una de las mejor administradas ciudades de nuestro país, lo que le aportó en 2007, el título de capital cultural europea.
El mérito, según declaran los partidarios de Iohannis de las grandes ciudades en el centro y el oeste del país, le pertenece a este profesor de física de origen alemán y de confesión luterana que, a diferencia de los cientos de miles de ciudadanos de origen alemán repatriados por Alemania en los últimos decenios, ha optado por quedarse. Mal comunicador, incapaz de dirigir desde Bucarest, insensible ante los valores de la mayoría de nacionalidad rumana y de confesión ortodoxa, estas son las principales acusaciones contra Iohannis. Ponta cuenta con el apoyo de algunos de los candidatos que perdieron en la primera vuelta: el exprimer ministro liberal Călin Popescu-Tăriceanu, los populistas Corneliu Vadim Tudor y Dan Diaconescu, el exjefe del SIE, Teodor Meleşcanu, recién nombrado ministro de Exteriores. A Iohannis le apoya la eurodiputada independiente Monica Macovei, mientras que la líder del PMP, Elena Udrea, aboga a favor de un voto anti-Ponta. La noche del próximo domingo, al cerrar las urnas, conoceremos el resultado de la disputa política que este otoño ha centrado la atención pública en Rumanía