En Bucarest, sobre los rumanos que viven en el extranjero
La atención a la diáspora tiene que ser una prioridad nacional que se refleje en las políticas públicas, los programas y los proyectos.
România Internațional, 24.02.2016, 18:30
La mitad de la población activa de Rumanía trabaja en el extranjero. La adhesión del país a la Unión Europea, en enero de 2007, ofreció a los rumanos la posibilidad de viajar libremente y de trabajar en el exterior, corriendo el riesgo de tener una peligrosa hemorragia de mano de obra nacional. Muy pocos de los que han elegido irse al extranjero tienen planes concretos para volver a su país. Y Rumanía no se puede permitir gastar el precioso capital humano que representan los que se han ido. El presidente Klaus Iohannis ha afirmado esto en el debate titulado “La diáspora rumana, vector de desarrollo”.
Según el mandatario, los rumanos que están en el extranjero ganan experiencia, tienen pericia, ganan habilidades y construyen redes de contactos que no habrían tenido en el país. Sean especialistas que pueden ganar el Premio Nobel, o rumanos que destacan en sus profesiones y actividades, que trabajan con honestidad, los rumanos en el exterior tienen algo útil para ofrecer a su país de origen. Tienen un capital profesional, intelectual, financiero, social y cívico, ganan la experiencia de vivir en democracias consolidadas, con servicios públicos eficientes. A medida que cambie la manera en la que el Estado rumano mira a sus ciudadanos, el presidente Klaus Iohannis está convencido de que aumentará el número de aquellos que quieran volver a casa. Hasta entonces, la presencia de una fuerte comunidad en el extranjero puede ser una importante fuente para el desarrollo y la modernización de Rumanía. He aquí la declaración de Klaus Iohannis:
“Rumanía no se puede permitir gastar el precioso capital humano que representan nuestros ciudadanos que viven en el exterior. Por ejemplo, sabemos que el dinero enviado anualmente a casa hace de los rumanos del extranjero un verdadero inversor, y genera una importante parte del crecimiento económico. Tenemos el deber de ofrecerles oportunidades concretas, para que inviertan en casa de manera productiva, el talento y los recursos.”
Presente en el debate, el primer ministro Dacian Cioloş ha declarado a su vez que el Ejecutivo desea crear varios proyectos para los rumanos que viven en el extranjero:
“Tenemos en cuenta los trámites para crear redes profesionales y para impulsar el enfoque de tipo interconexión. Tenemos en cuenta crear una agencia de inversiones y de promoción comercial. Y aquí uno de los objetivos de esta agencia es también fomentar la implicación de los rumanos de la diáspora en colaboraciones económicas, tanto para las inversiones extranjeras en el país, como para empezar a fomentar las inversiones rumanas en el extranjero.”
Si desean volver a casa e invertir en la agricultura, el Gobierno ha preparado para los rumanos en el extranjero fondos europeos destinados a ellos. Continuará el programa de becas para los hijos de los rumanos que viven en el exterior. Además, se tiene en cuenta mejorar los servicios administrativos consulares. De todas formas, el uso del potencial de los rumanos que viven en el extranjero debe ir mano a mano con la creación de un ámbito adecuado para el bienestar de los que han quedado en el país, para que la decisión de ir al extranjero sea una elección, y no una necesidad.
(Roxana Vasile)