Elecciones parlamentarias: comienza el reparto de escaños
Se inician los trámites para constituir el nuevo Parlamento en Bucarest.
Bogdan Matei, 04.12.2024, 10:37
El nuevo Legislativo bicameral de Rumanía, resultante de las elecciones del 1 de diciembre, está a punto de empezar a ordenar su estructura. Estuvieron en juego 331 escaños de diputados y 136 escaños de senadores. En proporción al número de votos recibidos, el PSD, número uno del actual Gobierno, tendría 86 diputados y 36 senadores. La AUR (oposición nacionalista) – 63 y 28, el doble de escaños que hace cuatro años. El PNL, socio en el Gobierno de los socialdemócratas – 49 y 22. La USR (en la oposición) – 40 y 19. Por primera vez aparecen en los escaños del Parlamento representantes electos de los dos partidos populistas recién creados, que han superado el umbral electoral del 5%. El SOS Rumanía tendrá 28 diputados y 12 senadores, mientras que el Partido de los Jóvenes – 24 y 9. Presente ininterrumpidamente en el Legislativo rumano poscomunista desde 1990, la UDMR cuenta ahora con 22 diputados y 10 senadores. Las minorías étnicas distintas de la húngara siguen estando representadas -prácticamente por defecto- en la Cámara de Diputados por 19 políticos, uno por cada comunidad étnica.
Detalle casi anecdótico, el presidente de la Autoridad Electoral Permanente, Toni Greblă, precisó que si el Partido de los Jóvenes obtuviera otro escaño en la redistribución de votos del domingo, se sortearía entre todos los demás partidos que entraron en el Parlamento. Porque el nuevo partido no ha designado suficientes candidatos. En total, resume la prensa, hay siete partidos parlamentarios, ninguno de ellos muy fuerte y muchos de ellos incompatibles. Es un Parlamento más fragmentado que en cualquier otro momento de las últimas dos décadas, en el que es difícil encontrar una mayoría gubernamental que funcione. Sin prestar mucha atención a los matices que los diferencian, la prensa agrupa a AUR, SOS y POT bajo la etiqueta general de «polo soberanista» y pronostica que es muy improbable que alguno de ellos sea cooptado en una coalición gubernamental. Esto deja a los llamados partidos proeuropeos con una cuota de alrededor del 60% en el Parlamento. La aritmética elemental abogaría por una amplia coalición PSD-PNL-USR-UDMR-minorías. Más difícil es superar los abismos que los separan.
Después de gobernar juntos durante tres años en nombre de la estabilidad y la contención del extremismo, socialdemócratas y liberales se atacaron mutuamente en la campaña electoral y ahora parecen haberse vuelto intolerantes los unos con los otros. En casi una década, se ha acumulado un gran rencor y resentimiento entre los miembros de la USR y los del PSD. También la UDMR está muy molesta por un proyecto legislativo de la USR sobre la reorganización administrativa del país, que disminuiría la influencia política de los húngaros en el territorio. Etc…
Ahora todo el mundo parece estar esperando la ronda decisiva de las elecciones presidenciales, en la que se enfrentarán el independiente Călin Georgescu y la jefa de la USR, Elena Lasconi, el domingo 8 de diciembre.
Según la Constitución, es el jefe del Estado quien nombra al próximo primer ministro.