El Tribunal Constitucional de Rumanía y las elecciones presidenciales
El Tribunal Constitucional de Rumanía ha rechazado la candidatura presidencial del extremista prorruso Călin Georgescu.

Ştefan Stoica, 12.03.2025, 10:24
Desde la noche del 24 de noviembre del año pasado, cuando una persona prácticamente desconocida ganó por sorpresa la primera vuelta de las elecciones presidenciales y eliminó del juego electoral a políticos de peso, su nombre se ha convertido en el más destacado en la televisión y en los sitios web de noticias. A la pregunta de cómo fue posible esto respondió, de forma no muy convincente según algunos, el Consejo Supremo de Defensa del País, que, resumiendo los datos de los servicios de inteligencia, concluyó que el independiente Călin Georgescu fue el beneficiario de un ataque híbrido por parte de un actor estatal extranjero -léase Rusia- principalmente a través de la amplísima exposición en la plataforma TikTok.
Tras la primera vuelta, el gran público pudo saber algo del programa de Georgescu y así conoció por fin a un personaje entre extraño y tóxico. Crítico feroz de Occidente, de la pertenencia de Rumanía a la OTAN y a la UE y admirador de la Rusia de Putin, Georgescu promovía un sistema económico autárquico que recordaba al ceausismo tardío y alababa lo que consideraba el excepcionalismo rumano. Y entre sus exponentes más favorecidos se encontraban las principales figuras del fascismo de entreguerras. El 6 de diciembre, el Tribunal Constitucional tomó una decisión sin precedentes en tres décadas y media de democracia: anuló las elecciones presidenciales, alegando que todo el proceso electoral había estado viciado a favor de Georgescu.
Respaldado por los partidos autodenominados soberanistas, en realidad populistas y ultranacionalistas, que se han unido a él, Georgescu se inscribió el pasado viernes para la próxima carrera presidencial, que tendrá lugar los días 4 y 18 de mayo. El domingo, sin embargo, la Oficina Electoral Central (BEC, por sus siglas en rumano) invalidó su candidatura, citando la decisión que el Tribunal Constitucional de Rumanía tomó en diciembre. Como era de esperar, el Tribunal rechazó el martes por infundado el recurso de Călin Georgescu contra la decisión de la BEC y rechazó su candidatura, sentencia que es firme. Según la BEC, la candidatura de Călin Georgescu no cumple las condiciones de legalidad, ya que al no respetar las normas del procedimiento electoral, ha incumplido la propia obligación de defender la democracia, que se basa en unas elecciones justas, honestas e imparciales.
Los soberanistas, liderados por la AUR, denunciaron lo que calificaron de decisión abusiva del Tribunal Constitucional. Habiendo empezado prácticamente en TikTok, la meteórica pero muy corta carrera política de Călin Georgescu parece haber terminado en el Tribunal Constitucional de Rumanía. Pero la sobreexposición le ha traído otros problemas. El excandidato fue puesto recientemente bajo control judicial en un caso en el que se enfrenta a graves cargos. El primero de ellos es uno de los delitos más severamente castigados en el Código Penal, a saber, instigar acciones contra el orden constitucional.
Los otros delitos de los que supuestamente es culpable son comunicar información falsa, hacer declaraciones falsas sobre declaraciones de bienes y fuentes de financiación de campañas electorales, iniciar o crear organizaciones fascistas, racistas, xenófobas o antisemitas y unirse a esos grupos o apoyarlos de cualquier forma, así como promover en público el culto a personas culpables de cometer crímenes de genocidio contra la humanidad y crímenes de guerra. Călin Georgescu niega todas estas acusaciones.
Versión en español: Monica Tarău