El referéndum, en la recta final
Ésta es la última semana de campaña antes del referéndum para la modificación del artículo constitucional que define el matrimonio.
Ştefan Stoica, 01.10.2018, 12:24
Los rumanos están invitados el próximo 6 y 7 de octubre a pronunciarse sobre si están o no de acuerdo con la ley de modificación que redefine la familia como la unión basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, y no entre cónyuges, como es actualmente. Un proyecto legislativo en este sentido ha sido votado por una amplia mayoría en el Parlamento. Todos los partidos parlamentarios, salvo la Unión Salvar Rumanía, han votado a favor de la familia tradicional. El proyecto se basa en una iniciativa ciudadana promovida por una coalición de organizaciones cristianas creada para esta finalidad y autodenominada “La coalición para la familia” que reunió a 3 millones de personas quienes expresaron su deseo de celebrar un referéndum.
La campaña para el referéndum ha polarizado la sociedad, tal como habían anticipado los que se oponen a la modificación de la Constitución. Los mismos oponentes han señalado que un voto para la redefinición de la familia no tiene consecuencias jurídicas ya que en el presente el Código Civil sólo permite los matrimonios heterosexuales. El Tribunal Constitucional ha validado el proyecto de modificación. Por otra parte, cuando respondió a favor de una solicitud hecha por una pareja gay rumano-estadounidense sobre la falta de reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo, constató que Rumanía no ofrecía ninguna forma de reconocimiento legal y judicial a las parejas homosexuales. En la misma situación que Rumanía se encuentran tan sólo 5 Estados de la UE: Bulgaria, Letonia, Lituania, Polonia y Eslovaquia. El Tribunal Constitucional ha establecido que la relación de una pareja formada por personas del mismo sexo integra la noción de “vida privada” y “vida de familia”, cosa que le confiere el derecho de expresar su personalidad en el interior de esta relación y beneficiarse de un reconocimiento legal de los derechos y deberes correspondientes. Los que apoyan la redefinición de la familia, encabezados por la Iglesia ortodoxa mayoritaria, invocan como principal argumento la tradición cristiana amenazada, en su opinión, por la ideología de género.
El alto clero ortodoxo ha hecho un llamamiento a la población para que se presente al referéndum diciendo “Sí” a la modificación de la Constitución. Las asociaciones que defienden los derechos humanos y las de las minorías sexuales llaman a un boicot para que el referéndum no sea validado. Esto sucedería sólo si la presencia de votantes a la consulta fuera por debajo del 30% del número de personas inscritas en las listas electorales permanentes.
La Asociación MozaiQ que apoya los derechos de la comunidad LGBT, ha organizado una protesta bajo el lema “El amor no se vota”. Los presentes han declarado que no están de acuerdo con la organización de un referéndum que, en su opinión, limita el derecho de una minoría y han afirmado que si dos personas se aman deberían poder casarse independientemente de su género. Los grupos se han radicalizado y las oportunidades de un diálogo real son casi nulas.